La mosca del olivo es una de las principales amenazas para la producción de aceite de oliva, afectando tanto la cantidad como la calidad del fruto. Para combatirla, investigadores del grupo de Entomología Agrícola de la Universidad de Córdoba han desarrollado un nuevo método de monitoreo basado en evidencia científica que optimiza el control de la plaga y permite reducir el uso de insecticidas químicos.

Tras dos años de ensayos en campo en las provincias de Córdoba y Cádiz, el equipo formado ha determinado que los paneles adhesivos amarillos de doble cara de 10×25 cm son las trampas más eficientes para detectar la presencia de la mosca del olivo. La distribución óptima de estas trampas es de 15 paneles por hectárea, aunque se ha establecido que un mínimo de 4 trampas por hectárea permite una estimación efectiva de la población. Esta investigación permite actualizar la actual Guía de Manejo Integral de Plagas en España, que hasta ahora carecía de un criterio basado en evidencia científica para este seguimiento.

Nuevos criterios para un control más eficaz

El estudio comparó seis tipos de trampas, concluyendo que las más eficaces eran los paneles adhesivos amarillos y las trampas McPhail. Sin embargo, los investigadores descartaron estas últimas porque, además de capturar la mosca del olivo, atrapaban enemigos naturales beneficiosos. Asimismo, se probó la efectividad de diferentes colores de trampa (amarillo, verde, blanco y azul), siendo el amarillo el que atrajo mayor cantidad de insectos.

Otro hallazgo relevante fue que las trampas más pequeñas (10×25 cm) resultaron más efectivas que las de mayor tamaño (20×25 cm), ya que capturaban la misma cantidad de moscas, pero reducían la captura de insectos auxiliares.

Variedad del olivo y su resistencia a la plaga

El estudio también ha determinado que la variedad del olivo influye en la intensidad del daño causado por la mosca, un aspecto clave para mejorar las estrategias de control. Por ejemplo, en la investigación se comprobó que, con una cantidad similar de moscas en las variedades Frantoio y Empeltre, la segunda sufrió un daño mucho mayor.

Este avance científico permitirá optimizar la toma de decisiones sobre el tratamiento contra la mosca del olivo y es un paso clave para el desarrollo de trampas electrónicas que envíen datos en tiempo real a agricultores y técnicos. Con esta tecnología, se podrá reducir el uso de insecticidas y mejorar la sostenibilidad del cultivo del olivo.