La necesidad de disponer de recursos hídricos suficientes para abastecer el regadío de las cosechas del sureste español constituye uno de los principales, si no el más importante, frentes abiertos de la industria agrícola en España. Por el impacto social y económico que tiene la actividad agraria en esta zona, unido a su influencia en el producto interior bruto del país, la falta de agua es motivo de continuo debate en busca de una solución para un problema, el de la sequía, que lleva prolongándose durante más de cuatro años consecutivos.
En el caso de Almería, la solución pasa por hallar fuentes alternativas a las aguas subterráneas, muy dañadas en la provincia y en especial en la zona del Poniente. El agua desalada es uno de los recursos, junto con las aguas regeneradas, que se contemplan para llevar a cabo esta transición en los regadíos almerienses.
Sin embargo, el alto coste económico que tiene para el agricultor en comparación con otras fuentes supone el principal factor limitante para extender su uso.
Sin ir más lejos, el sindicato agrario COAG exigía la semana pasada una rebaja fiscal para los productores de frutas y hortalizas que están usando agua desalada para riego, algo que según aseguran puede llegar a triplicar la factura del agua de cada agricultor.
Deseacrop
La investigación sobre cómo optimizar y mejorar la eficiencia del agua desalada en los cultivos hortícolas de Almería puede dar, no obstante, un salto que puede ser definitivo gracias a Deseacrop, un proyecto financiado por la Unión Europea a través del programa LIFE en el que se analizará el impacto de este recurso en la agricultura de una forma integral y estudiando todas sus vertientes.
“El objetivo principal del proyecto es demostrar, mediante la presentación de casos que han sido verificados en la práctica, que el uso de agua desalada en zonas semiáridas tiene un impacto positivo en la productividad y en la sostenibilidad del modelo de producción agroalimentaria de esta región”, explica Carlos Herrero, responsable de proyectos de investigación del CIAIMBITAL, el centro de investigación de la Universidad de Almería.
La institución académica almeriense, que contará con un presupuesto aproximado de dos millones de euros, tiene un papel protagonista en este proyecto, que se enmarca dentro de las acciones en cuanto a cambio climático y medio ambiente elegidas por la Unión Europea para, mediante la innovación y la tecnología, aportar soluciones en estas materias. La UAL participa como socio en el proyecto Deseacrop, cuyo coordinador es la Universidad Politécnica de Cartagena. Dentro del proyecto, que tendrá una duración de tres años, en el que también participan la empresa filial de Sacyr, Valoriza Agua, y la Comunidad de Usuarios de Aguas de la Comarca de Níjar (CUCN).
Los agentes involucrados en Deseacrop responden a la perfección al propósito de Deseacrop: por un lado, Valoriza Agua será capaz de poner la infraestructura necesaria para llevar a cabo el proyecto, mientras que la presencia de la CUCN implica de forma directa a los regantes, que, en última instancia, son los encargados de validar y aplicar los resultados obtenidos. El pasado viernes tuvo lugar la primera reunión de trabajo del grupo, aunque el grupo ya se reunió por primera vez en octubre en Bruselas en la sede de la Comisión Europea.
Transferencia
Los elementos tan característicos que definen Deseacrop hacen de este proyecto una investigación única en Europea y en el mundo. “Tras realizar una comparación exhaustiva previa, no encontramos ningún proyecto similar al nuestro”, afirma Carlos Herrero.
La diferencia principal con respecto a otras investigac iones radica en el detalloso estudio y análisis demostrativo del agua desalada por parte de Deseacrop, algo que le imprime un carácter único y uno de los motivos principales por los que la Unión Europea ha apostado el proyecto.
La transferencia de los resultados obtenidos al sector agrícola es otra de sus principales misiones. “Todo el proyecto está centrando en temas de usabilidad y aplicabilidad. El objetivo es que el agricultor sea capaz de apreciar los beneficios de trabajar con agua desalada y le resulte rentable, por lo que se prevén mezclas con agua de pozo -más barata- para apoyar esta tarea”, explica el director del CIAIMBITAL, Diego Luis Varela. Además, Deseacrop no se limita a la zona en la que se llevarán a cabo los ensayos, Almería, sino que la pretensión final del proyecto es transferir el conocimiento adquirido a otras zonas productors que trabajen con sistemas productivos similares.
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