¿Por qué en algunos invernaderos el Amblyseius swirskii no se instala todo lo bien que quisiéramos? ¿Por qué no podemos controlar su población a nuestro gusto? A continuación vamos a desvelar este misterio.
Desde el comienzo del control biológico, Biosur siempre ha estado preocupado por la dinámica de poblaciones y centramos nuestro I+D en estudiar cómo iban evolucionado las distintas especies de organismos auxiliares con respecto a las plagas que controlaban.
El principal objetivo de estudio por parte de nuestra empresa fue Amblyseius swirskii, debido a su gran importancia y el papel tan crucial que desempeñaba en todos los cultivos donde se introducía. Conforme más nos alejábamos en el tiempo del uso de insecticidas y acaricidas, observábamos que este superdepredador se iba instalando mejor en los cultivos, a la vez que los demás. Pero esto también conllevaba que los organismos plaga encontraban un cultivo más limpio de pesticidas, con lo cual se reproducían y se establecían en los cultivos con mayor facilidad.
De ahí surgió la necesidad de exterminar en la medida de lo posible todas las plagas del cultivo antes de hacer la suelta de Swirskii, para que le fuera dando tiempo al ácaro de instalarse. Pero, ¿qué se requiere para una buena instalación? En principio, los individuos independientemente del formato en que se echen, sobre o bote, lo primero que hacen es buscar comida. Ambos formatos, Swirskii sobre Biosur y botes de Swirskii Biosur, llevan en su composición el ácaro presa del Swirskii, Carpoglyphus lactis, para que al menos durante dos semanas tengan alimento suficiente para establecerse en el cultivo. El Swirskii, además, se puede alimentar de larvas jóvenes de varias especies de trips, de huevos y larvas de mosca blanca, de polen, etc. Una vez tienen su alimentación asegurada, estos bichitos se dedican a procrear a una gran velocidad debido al gran número de machos y hembras que introducimos en los cultivos. A los pocos días, los huevos, que se posan en los pelitos de las hojas, eclosionan y salen pequeños individuos que se dedican nuevamente a comer hasta hacerse adultos, para después poder dejar descendencia. Y así una y otra vez mientras las condiciones de temperatura, humedad y estado fenológico de la planta lo permitan.
De esta manera, se conseguirá una buena instalación, con unas grandes cantidades de Swirskii, que permitan tener al cultivo protegido frente a la entrada de plagas. Pero, ¿qué ocurre si el Carpoglyphus de los sobres y los botes de Swirskii Biosur se agotan pasados los 15 o 20 días y el cultivo permanece limpio de plagas? Pues, irremediablemente, las poblaciones de Swirskii empiezan a descender rápidamente hasta prácticamente desaparecer en las hojas y tallos y quedan de forma residual en las flores, donde se pueden alimentar de polen. Pero si, aun así, los cultivos permanecen sin entrada de plagas, el Swirskii desaparece totalmente, ya que el polen por si solo es incapaz de mantener poblaciones del mismo.
Por ello, Biosur empezó a investigar como las introducciones masivas de Carpoglyphus lactis sobre los cultivos afectaban positivamente a las poblaciones de Swirskii. Fue, indudablemente, un gran acierto ya que conseguíamos mantener las poblaciones muy altas y así mantener el cultivo protegido frente al ataque de plagas.
Pero nuestro departamento de I+D quiso dar un paso más. Si ya habíamos logrado mantener las poblaciones de Swirskii en los cultivos independientemente de la existencia de plagas, ¿por qué no utilizar esta misma técnica para hacer la introducción de Swirskii unos diez días antes? Otro éxito. Logramos adelantar la suelta de Swirskii incluso en cultivos de pimiento con solo veinte días desde que se plantó. ¿Esto qué significaba? Lo siguiente:
- Menos tratamientos químicos para respetar los plazos de seguridad.
- Poblaciones más altas de Swirskii para cuando se quitan los blanqueos, que suele coincidir con entradas masivas de mosca blanca e incremento de su tasa reproductiva.
- Mayor éxito de control de plagas.
Pues bien, ya teníamos la solución. Ahora había que ponerlo en práctica en los invernaderos comerciales. Los resultados, en ambas técnicas, fueron los esperados. Pero nos encontramos con otro gran problema. El agricultor era reacio a alimentar el Swirskii con botes de Carpoglyphus porque suponía un gran coste personal y mucho tiempo. Estimamos que, para alimentar una hectárea, se necesitaban veinte botes de litro. Ello suponía una media de 8 horas con 4 personas. Esto supuso un freno y un nuevo desafío para nuestro departamento de I+D.
Tres meses después, teníamos a disposición del agricultor una máquina que permitía alimentar con Carpoglyphus lactis una hectárea en un tiempo récord de tres horas una sola persona.
Por tanto, nuestra máquina supuso un salto cualitativo en el control biológico, debido a que con ella conseguíamos poner en práctica el método de alimento con Carpoglyphus de una manera más rápida, más eficaz y más homogénea. De esta manera, Biosur consiguió automatizar las sueltas de presa, facilitando al agricultor el poder ejercer un control total sobre las cantidades de Swirskii presentes en un invernadero. Ello ha conllevado tener las fincas mucho más protegidas frente al ataque de plagas, convirtiéndose en un éxito total en la primera campaña de su uso.
Biosur, manteniendo su compromiso con sus clientes, pone a su disposición esta máquina de última generación. Se podrá recoger, previo aviso, en nuestras instalaciones de Vícar (Almería), y también en almacenes y cooperativas donde sea requerida.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/agricultura2000/noticia/8/agricultura/170843/automatizando-el-control-biologico