Mejorar el hábitat de los enemigos naturales, clave en invernaderos ecológicos

Koppert recomienda la colocación de setos vegetales y plantas refugio

Plantas refugio.
Plantas refugio. La Voz
La Voz
11:46 • 22 jun. 2020 / actualizado a las 11:49 • 22 jun. 2020

Mejorar el hábitat de los enemigos naturales en el interior del invernadero es un factor muy importante del que depende en gran medida el éxito de la estrategia de control biológico de plagas en agricultura ecológica. La fauna auxiliar necesita, para su supervivencia, un microhábitat adecuado donde encontrar refugio y alimentación durante todo el ciclo del cultivo, especialmente en los momentos en los que la presencia de plaga es mínima o nula. Los adultos de parasitoides y de algunos depredadores generalistas necesitan alimentarse de flores para cerrar ciclo.



 



Koppert recomienda la colocación de setos e islas vegetales para dar refugio a los enemigos naturales, especialmente en las bandas y en los pasillos del invernadero. Para ello, los protocolos de control biológico que Koppert ha desarrollado para la agricultura ecológica en invernadero incluyen la identificación de varias especies vegetales autóctonas que se adaptan perfectamente al entorno. 



 



Los refugios vegetales que crean el hábitat adecuado para la fauna auxiliar se basan en combinar diferentes plantas con flores como cilantro, eneldo, salvia, ruda o lavanda. También se pueden usar diferentes especies de cereal o girasol, en función del cultivo y del enemigo natural que se quiere proteger.



 



Los setos y las islas vegetales dentro del invernadero sirven de refugio a la fauna auxiliar y equilibran la interacción entre plaga y enemigo natural. Además, favorecen la nidificación de los insectos beneficiosos y las plantas con flor aportan néctar para la alimentación de la fauna auxiliar.



 

Medidas de aislamiento El éxito del control biológico en la agricultura también requiere la adopción de ciertas medidas relativas a la estructura del invernadero para ofrecer las condiciones técnicas de aislamiento más idóneas. Antes de iniciar una estrategia de control biológico, es preciso asegurarse de que la estructura del invernadero cuenta con doble puerta y mallas con el espesor adecuado para impedir la entrada de insectos vectores de enfermedades.

 

Tras el arranque del cultivo anterior, también es importante limpiar la estructura del invernadero utilizando aceite con piretrina natural. Antes de la siembra del nuevo cultivo, deben colocarse trampas adhesivas y feromonas de confusión sexual bien distribuidas por toda la finca.

 

Koppert ya dispone de protocolos de control biológico para plagas como pulgón, mosca blanca, trips, araña roja, orugas, cochinilla, ácaro blanco y nezara, entre otras. En función de la plaga a controlar se realizarán las sueltas del enemigo natural correspondiente. La presencia de fauna auxiliar en el interior del invernadero, ya sea introducida o que aparezca de forma espontánea, debe complementarse con el uso de diferentes microorganismos para mejorar la biodiversidad del suelo. En este sentido, Koppert ha comprobado los importantes beneficios que ofrece TRIANUM®, un fungicida biológico que controla las enfermedades provocadas por patógenos del suelo y devuelve al suelo su biodiversidad natural.

 



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