Almería exige una revisión del acuerdo comercial con Marruecos

Inicia una campaña para concienciar de las irregularidades que se producen

La junta directiva de Coexphal anunció ayer la campaña contra el producto marroquí
La junta directiva de Coexphal anunció ayer la campaña contra el producto marroquí La Voz
Antonio Fernández
15:32 • 05 jun. 2021

Los productores y las empresas comercializadoras almerienses han decidido coger el toro por los cuernos y hacer frente a lo que consideran una competencia desleal por parte de los productos hortofrutícolas de países terceros, particularmente Marruecos, que sin las mismas exigencias que los almerienses, con una mano de obra mucho más barata, con exenciones fiscales o con desprecio a los derechos humanos y laborales “colocan en los mercados un género que nosotros no podríamos vender”, destaca el gerente de Coexphal, Luis Miguel Fernández.



Los responsables de la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas de Almería salían ayer a la palestra para anunciar el inicio de una campaña dirigida tanto a los consumidores como a las empresas de la gran distribución alertando sobre la ‘invasión’ de producto marroquí que, sin cumplir las reglas que se exigen a los europeos, están copando los mercados y, con ello, poniendo en peligro la supervivencia del sector.



La ‘gran mentira’
Desde ayer las redes sociales se inundan además  de mensajes de denuncia con los principales productos agroalimentarios españoles que se están viendo gravemente afectados por la entrada masiva de género marroquí. El hashtag #TragamosOrigenMarruecos aglutinará toda la actividad a nivel digital de esta iniciativa y con él se quiere invitar a toda la sociedad a que se sume a la defensa de los productos y de los productores europeos.



El grado de indignación va paralelo con el de preocupación de un sector que ve cómo existen varas de medir diferentes para unos que no se exigen a otros. La ‘gran mentira’ a que aluden no es otra que considerar a Marruecos un ‘buen vecino’ cuando en realidad compite con condiciones que no siguen los dictados de los mercados comunitarios “y a nadie parece importarle”.



No es sólo Marruecos, ayer mismo, en una tienda Carrefour en la misma Almería “se estaba vendiendo melón de Brasil a 2,49 el kilo, y español a 1,89; y mientras, a poca distancia se están tirando melones almerienses porque los están pagando a unos pocos céntimos”, explicaba Fernández.



Así que ni huella de carbono, ni huella hídrica, ni residuos de plaguicidas ni la explotación laboral “ni historias, parece que a Europa y, lo que es peor, nuestros propios gobernantes, les da igual que Almería acabe siendo un desierto económico y social”.





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