La XIII edición de la Fruit Attraction cerró ayer tarde sus puertas después de tres días de intensa actividad en el recinto ferial de IFEMA en Madrid. Las empresas del sector hortofrutícola almeriense han tenido que esperar dos años hasta regresar al encuentro presencial con sus mejores clientes.
Coincidencia en la valoración de la práctica totalidad de las más de medio centenar de empresas presentes en la feria: se notó la ‘resaca’ de la pandemia, pero sin embargo esta ha sido una cita altamente productiva, con un alto nivel de los encuentros profesionales y un escenario más propicio por tanto para hablar de negocio.
Compás de espera
Que había ilusión por estar de nuevo, de forma presencial, en la Fruit Attraction lo evidencia tanto el número de empresas almerienses que acudían con stand propio, como la presencia de la práctica totalidad de las empresas que, sin tenerlo, si han aprovechado este evento para ‘ponerle cara’ a empresas y grupos con los que a diario han mantenido el contacto en estos dos últimos años en el que el coronavirus ha impedido que pudieran estar cara a cara.
Posiblemente la mejor noticia llegaba de la mano de los balances anuales, unos datos que demuestran que las empresas almerienses han mantenido intacto su compromiso con los mercados y las cadenas nacionales e internacionales del sector de la distribución.
Desde la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas de Almería señalaban al cierre de la Feria que ese esfuerzo les ha valido para mantener la fidelidad de la mayor parte de los clientes y ha incrementado la confianza de los grandes mercados en el sector hortofrutícola de la provincia.
La evolución
En este tiempo lleno de dificultades no sólo las ventas o los ingresos han mejorado, sino que se han seguido dando pasos en una nueva evolución de un sector que tiene claras sus señas de identidad, cada vez más vinculadas con la sostenibilidad, con la calidad del producto, con la disposición de nuevos servicios para los productores o los compradores y, además, en una variable que ha ganado peso como es la seguridad alimentaria.
La salud se ha convertido en un bien enormemente preciado para los consumidores europeos y Almería está jugando con fuerza esa baza. Dispone para ello de las mejores credenciales porque como aseguraba el gerente de Coexphal, Luis Miguel Fernández, el sector hortofrutícola de la provincia es actualmente el que menores índices de residuos presenta a nivel europeo y del conjunto de los países que abastecen los mercados comunitarios, acumulando varios años sin alertas sanitarias de ningún tipo.
Sector con futuro
Tanto para las empresas como para las administraciones públicas, ya sea el Ministerio de Agricultura o la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía, los datos y la evolución de los sistemas productivos se han convertido en la mejor garantía para el futuro.
Así lo han reconocido en estos días el ministro, Luis Planas, la consejera, Carmen Crespo, o el propio presidente andaluz, Juanma Moreno, que el miércoles recorrió los expositores de las empresas almerienses y mostró su respaldo a un sector que ha mantenido la actividad productora y exportadora durante la pandemia.
Hay no obstante camino por recorrer, como lograr un acuerdo europeo para que el nivel de exigencia que se aplica a las producciones almerienses sea impuesto a quienes quieren vender en el mercado comunitario. Ya hay voces que reclaman un lobby capaz de ponerse al frente del sector, influir en las decisiones gubernamentales y buscar la justicia que el campo reclama.
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