La Voz de Almeria

Almería

La casa del estudio de Perceval, tan olvidada como su memoria

El Ayuntamiento prometió un busto del artista que no ha llegado

Fachada de la casa que fue el estudio del artista Jesús de Perceval

Fachada de la casa que fue el estudio del artista Jesús de PercevalLa Voz

Eduardo de Vicente
Publicado por

Creado:

Actualizado:

De lo que fue la calle hoy solo queda la iglesia, la casa del estudio de Perceval y un letrero antiguo hecho de losa donde se puede leer el nombre del Padre Gabriel Olivares. El resto ha ido sufriendo la mano del progreso, que de forma desordenada, sin atender a ningún criterio racional, fue poniendo edificios aquí y allá hasta dejar la calle sin rastro de sus raíces.

En esencia, la actual calle dedicada al artista Jesús de Perceval era una de las cuestas que bajaban hacia el centro de la ciudad desde el cerro de las Cruces. Nacía por el norte frente a los muros del cortijo de Fischer para desembocar en el sur en la calle Cámaras. A lo largo de la historia el lugar ha tenido tres nombres: primero fue calle de Luis Salute, célebre maestro de obras; después de la guerra se la dedicaron al Padre Gabriel Olivares, considerado como uno de los mártires de la guerra civil, y posteriormente a la figura del artista almeriense Jesús de Perceval, que tuvo allí, en la casa de la familia de los Cámaras, su estudio de pintura y escultura. El edificio se mantiene en pie en un estado lamentable de abandono. 

Aún se aprecia la grandeza de este escenario y se puede intuir la importancia que debió tener el jardín, en el que todavía se mantienen en pie algunos árboles centenarios. Allí reina, majestuosa, una jacaranda que con sus flores moradas pone una pincelada de vida en medio de tanta decadencia. A su lado se levanta un pino tan alto que compite con los edificios que lo rodean y llena de sombras el jardín aunque ya no tengan a nadie a quien darle cobijo.

El jardín abandonado de la vivienda, en la calle que lleva el nombre del artista

El jardín abandonado de la vivienda, en la calle que lleva el nombre del artistaLa Voz

La casa, que heredó la esposa de Perceval, Trinidad de la Cámaara Montilla, ocupa una de las parcelas de lo que fue el antiguo huerto de Luis Salute, adquirido en propiedad por Salvador de la Cámara en 1856. En su fachada se aprecia que el edificio del estudio de Perceval tiene dos cuerpos, dos viviendas adosadas que lindan con la puerta trasera de la iglesia y convento de los Franciscanos. El artista se enamoró del lugar nada más conocerlo y al terminar la guerra montó en una de sus estancias un gran estudio que fue además una academia donde el maestro impartió su arte a los jóvenes aprendices. Era un lugar mágico, lleno de cuadros por terminar, de esculturas en ciernes y bocetos que se amontonaban por todos los rincones formando un caos fantástico; era un escenario asombroso donde Perceval se movía a golpes de ingenio.

La casa tenía un patio antiguo donde una noria sacaba el agua de un pozo sobre el que corrían viejas leyendas llenas de milagros y apariciones. Contaban que antes de que llegara el siglo veinte, el día que se celebraba la festividad de la Virgen del Mar, una de las hijas del cortijero se cayó a la profundidad del pozo y llegó al fondo sin ningún rasguño. Tan asombroso acontecimiento fue considerado entonces como un milagro con el que la Patrona de Almería quiso manifestar su generosidad.

La casa formó parte de la vida y de la obra de Jesús Perceval, al que muchos consideran el artista más completo que ha dado la ciudad, un personaje irrepetible: extravagante, genial, enemigo de protocolos y espontáneo, un hombre sencillo en esencia al que le incomodaban las corbatas y los trajes y era feliz cuando se calzaba sus sandalias franciscanas. Así era Jesús de Perceval, un tipo genial e imprevisible que Almería no ha sabido o no ha querido reconocer. En cualquier villa civilizada de este país la casa sería hoy un museo y el busto del artista, que tantas veces prometieron los políticos, estaría colocado en la plaza más hermosa de su ciudad.

tracking