El bloque central de las Casas Consistoriales, ese que siempre ha sido considerado no sólo como la sede de la Alcaldía sino como parte del imaginario colectivo por el desarrollo de eventos que han marcado la historia de la ciudad, va volviendo poco a poco a la vida.

Desde que acabaran las obras y se abrieran sus puertas en el mes de julio del pasado año, la actividad ha ido incrementándose en el histórico edificio. En este camino primero volvió Alcaldía, convirtiendo nuevamente a este inmueble en la sede administrativa más importante de la administración local. Le siguió el área de Turismo y su oficina de atención. Y ahora, después de que ya se les han hecho los primeros roces a la rehabilitación, llega el momento de devolver al que fuera el salón de plenos y ahora es el espacio destinado a las grandes recepciones, su protagonismo y su vinculación con la vida de los almerienses: toca que acoja las bodas civiles.

El salón ya está totalmente preparado. Cuenta con una mesa bonita, las flores que adornan el entorno, sillas para que los invitados puedan vivir el enlace y mostrar el cariño a los novios, y solo queda el terminar de probar todo antes de tomar la decisión de que el salón de plenos actual -el salón de las olas del Mar Mediterráneo en el techo y el mármol en mesas y suelo- deje de ser la sede nupcial municipal. De momento, todo está listo, pero aún no está claro exactamente el día en el que se realice este cambio. 

Hay que tener en cuenta que en el año 2024 se unieron en matrimonio casi un centenar de parejas en el Ayuntamiento de la capital. Algo que podría incrementarse cuando se produzca el traslado definitivo de los enlaces al nuevo salón cuya magia, posiblemente ligada a su propia historia, ya le convierte en un atractivo más.