- Fede Serrano
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- 23.10.2024
¿De verdad nos cuesta tanto ayudar a otras personas? Yo creo que no. Pero nos es más fácil pensar que habrá algún otro que esté dispuesto a prestar su ayuda. Seguro que a todos nos gusta que nos echen una mano cuando tenemos algún problema. Por esta razón, ayudar no debe ser un trabajo o servicio que debamos cobrar –ni que fuera un préstamo–. Hemos de ser conscientes de que todos alguna vez necesitaremos que nos echen un cable, y todo es más fácil si cada uno aporta su pizquita de sal.