Almería está de luto. Ayer fallecía a los 93 años el padre de los periodistas deportivos almerienses, Manuel Román, que a lo largo de su dilatada carrera cantó la gloria de cuantos equipos rojiblancos nacieron y murieron desde su pluma. Román forma parte de la nueva escuela de la información deportiva en unos tiempos donde los seudónimos marcaban a todos aquellos que daban las crónicas en un apartado que Román hizo grande desde su parcela.

Maestro y padre

Manuel Román creó escuela de periodismo deportivo y daba la alternativa a su hijo José Manuel Román, JOMARO, que recibió todas las enseñanzas de un maestro que jamás se retiró y seguía firme hasta sus últimos días de información atendiendo a cuantos solicitaban su crónica deportiva. Pasó por el ascenso del Atlético Almería a Segunda y contó las desapariciones de tantos clubes rojiblancos a los que daba calor y cariño con todo el rigor exigido en aquellas páginas de LA VOZ en blanco y negro.

El momento más brillante de su carrera pudo ser la crónica de aquel ascenso a Primera División de la Agrupación Deportiva Almería y la siguiente temporada sin perder un solo partido en casa. Aquellas crónicas extensas reflejaban todo lo que era Román: un maestro del periodismo y un almeriense declarado que no ocultaba su enfado con la derrota y la alegría del triunfo.
La pluma de Román hizo posible que deportes como el boxeo, la pesca, baloncesto o balonmano se hicieran un hueco a lo largo de la semana en las páginas de LA VOZ. Fue un pionero de este oficio.

Manuel Román está en el Tanatorio Mediterráneo de Huércal de Almería y a las 18 horas será la Misa en la Iglesia del Espíritu Santo, a la que asistía a escuchar Misa, hasta el último de sus días. Éste periodista almeriense gozaba del cariño de todos y era tan sencillo que sus cuatro hijos lo van a despedir como más le gustaba. Manuel Román fue el primer Licenciado en Periodismo de Almería y llegó a LA VOZ cuado era YUGO en 1939 y estuvo en ella 45 años, siguiendo con su carrera veinte años más hasta completar los 65 de profesión. A sus 93 años mantenía siempre las mismas costumbres y era fácil verlo conversar con los amigos y recordar cosas de su Almería y de una profesión que amaba con todas sus fuerzas.

Nadie como Román supo contar la vida y la obra de tantos deportistas almerienses que le buscaron siempre como el padre que fue de la información. Las nuevas generaciones de periodistas deportivos le deben mucho a este hombre que se ha marchado con la misma sencillez que desarrolló su carrera.