Un hombre bueno

Tu hijo

Miguel Molina Expósito

  • La Voz
10 Febrero… hace ya un año que te fuiste y nos dejastes solos, llenos de tristeza y dolor. Es como si se hubiera parado el tiempo en ese momento. Hombre bueno, trabajador, honrado, amigo de sus amigos y, sobre todo, padre, marido y abuelo que supo con su esfuerzo y constancia infundir nuestras vidas de valores, sentimientos y alegría. Te escribo estas palabras llenas de pena y, al mismo tiempo, de alegría por ser tu hijo. Te quiero decir que tu muerte se lleva todo lo que no fue, pero nosotros nos quedamos con lo que tuvimos, tu recuerdo. MORIR es lo más normal como el AMOR, la diferencia reside en que el morir lo sufre la gente que te quiere y el amar te hace sufrir a tí mismo. Las adversidades de la Posguerra te impidieron escolarizarte, como le ocurrió a otros muchos niños almerienses de aquella época, pero sus carencias formativas supo suplirlas desarrollando una deslumbrante destreza para desenvolverse en la vida. Saliste de Benitagla y nada detuvo,,,Francia, Alemania, Sevilla...donde hubiera trabajo ahi te lanzabas. Un gran luchador en la vida, en sacar a toda tu familia, con el gran apoyo de la mama. Y luego luchando con tu enfermedad hasta el último momento. Has sido un gran ejemplo a seguir. Te quiero por ser cómo has sido. Apasionado de la caza me enseñaste a querer el animal más bello del mundo, como tú decías, la perdiz. Y ella te acompañara por siempre, en ese puesto que querías hacer en los últimos días y no pudiste, con la gente que te queria y te seguira queriendo, que son muchos y de corazón. Queremos que sepas que aun estando tristes, la vida se ha encargado de tranquilizarnos y decirnos que nunca jamás te olvidaremos, permanecerás vivo en nuestros corazones y nuestros recuerdos. A la vez estamos contentos porque desde ese lugar privilegiado ya no sufrirás mas y nos veras y protegerás…seguro. " Desperté de mi sueño y ya te había perdido, importante en mi vida pero ya no estás, daría lo que fuera por volver atrás, tantas cosas por hablar tantas que contar, abrazarte una vez más, protegerte hasta el final" De ti aprendimos muchas cosas: a ser sensibles al sufrimiento ajeno; a compartir con los demás lo que pudieran necesitar; a contribuir a mejorar lo que nos rodea. Amor de un padre, espero que donde quiera que estés lo veas y sé que sabes que te hemos querido mucho y te seguiremos queriendo lo que tú nos has enseñado. Cada día te recuerdo, y por eso sigues vivo, aunque sea en mi corazón. TE QUIERO, PAPA. Siempre en mi corazón, siempre en mi recuerdo. D.E.P.