Ayer dábamos el último adiós a Antonio Castillo en su pueblo natal de Fiñana. Un amigo y un compañero con el que hemos compartido a lo largo de muchos años, especialmente desde la Comisión Ejecutiva Municipal, muchos sueños, compromisos y esperanzas por lograr un mundo mejor. Se nos ha ido y nos duele. Sin embargo su amabilidad, su tesón, su capacidad de lucha y de sobreponerse a los momentos duros, quedaran siempre entre nosotros.
Lo despedimos su familia, sus amigos y sus amigas, sus compañeros de tantos sitios, de la Junta de Andalucía, de los barrios de Almería y del PSOE. Antonio ha sido un compañero que ha creído y luchado por una sociedad anclada en los valores democráticos, en las virtudes cívicas, en la solidaridad y en la justicia social. Su vida ha estado marcada desde bien joven por estos principios que recogen la mejor tradición de la España democrática.
No es extraño que Antonio cuando quería ser enseñante se apuntara a las nuevas ideas de la renovación pedagógica, retomando el hilo conductor que habían impulsado los movimientos pedagógicos renovadores de los años de lucha contra el franquismo, que habían quedado cercenados por la dictadura. Su inquietud dio un paso más en sus años de estancia en Cataluña y entró en la lucha política pasando a la militancia activa en las filas del Partido Socialista Obrero Español.
Cuantas veces he hablado durante este último año con él de la sociedad que pretendemos construir: más justa, libre, de iguales, de gente consciente, profundamente democrática, culta y solidaria con los más necesitados. Porque su vida ha estado proyectada en su familia, la enseñanza, la lucha política, los barrios necesitados de Almería y sus amigos.
Antonio ha sido un hombre apasionado por la educación como siempre recuerdan los alumnos que pasaron por sus aulas en el Colegio Ave María del Diezmo y apasionado por la mejora de las condiciones de vida de las gentes y los barrios más necesitados de Almería. Todavía recuerdo, siendo yo alcalde de la ciudad, la ilusión que nos transmitía en las reuniones del plan de barriadas que impulsábamos desde la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento. Una ilusión y un tesón por el bienestar de las gentes de los barrios marginados que no ha perdido hasta los últimos instantes de su vida. Su última reunión en la sede de la Agrupación Socialista, el jueves 17 de abril, la celebró con vecinos del barrio de los Almendros. Desde allí, ya sin fuerzas, se fue directamente al hospital. En justa correspondencia los vecinos y vecinas de estos barrios han sentido constantemente auténtico cariño y respeto por nuestro Antonio Castillo.
Sus ideas de lucha por el bienestar de la gente las llevaba siempre consigo, en la residencia de asistidos de la Diputación que dirigió, en el plan de barriadas de la ciudad y en el mismo Ayuntamiento de Almería cuando fue concejal socialista en la Corporación presidida por Santiago Martínez Cabrejas entre 1999-2003. Hemos tenido la suerte de trabajar con él en este último año en la Comisión Ejecutiva Municipal de Almería y ha sido para nosotros un ejemplo de dedicación a sus ideas y de firmeza en la defensa de la política con mayúscula. Su trabajo durante este año no lo vamos a olvidar nunca. Antonio ha sido un compañero que tenía en alta estima la amistad, el compañerismo y la solidaridad. Fue un honor tenerlo a nuestro lado. En este momento de tristeza y de recuerdo, quiero decirles a Carmen, su mujer, a sus hijos Antonio y Pablo, y demás familia que pueden sentirse orgullosos de su padre y pueden sentirse orgullosos de sus ideales. Para muchos de nosotros, Antonio no se va del todo. Queda lo que ha creado con sus hechos. Queda su ejemplo de entrega, queda el cariño que ha sabido acrecentar entre nosotros. Te recordaremos como a ti te gustaría, con una inmensa alegría por haber tenido la suerte de conocerte y compartir nuestra vida contigo.
Fernando Martínez López es Secretario General de la Agrupación Socialista Municipal de Almería.