Hace unos días nos dejó Pedro Iribarne, ‘El Chaleco, para los amigos. Fue un hombre humilde, gracioso, dicharachero y futbolista del Almería. Vecino del Barrio Alto, jugó en el Hispania, Almería, Guadix y otros. Jugaba de central y unía a sus cualidades físicas un gran sentido de la colocación y valentía, enérgico en el cruce y rápido en el corte.
Hoy los compañeros del fútbol, que hemos jugado con él, estamos apenados, tristes y nos reconforta saber que fue un gran amigo y un gran padre de sus cinco hijos y un enamorado de su esposa, a los que enviamos desde estas páginas nuestras condolencias.