Buenos días papá. Como cada año te escribo, ya que es la única forma que encuentro de aliviar mi pena y el único medio a mi criterio de que me escuches.
Un 17 de diciembre más sin tí, otra nueva navidad sin verte.
Otro año más que pasa sin haberme empapado de ti, sin que salgas a pescar.
Ahora me acuerdo de tus calamares, de tus samas y tus lechas, sabes que antes no me gustaban, pero también odiaba nuestros eternos debates sobre política, religión e historia y ahora, lo que daría por tenerlas. Aún no he encontrado trabajo, sigo sin dejar de fumar y continúo con el mismo genio que heredé de ti.
Manu y María crecen deprisa, demasiado deprisa y yo aprovecho la mínima oportunidad para contarle nuestras historietas y que Manu recuerde todo lo que pudo vivir contigo.
Sabes que te quise y te quiero con locura y que te llevo en mi corazón.
Tu hija que nunca te olvida.
Carmen Gómez