MARÍA ABAD PLAZA
- La Voz
alejandra y carolina Y llego el día de tu misa, tu día, tu recuerdo, el fin del principio. De recordarte aún más, de echarte aún más de menos. De ser ya conscientes que no estas aquí y de dejar de mirar en tu cuarto por si apareces, por si te encuentro, por si te veo. No hace ni siquiera un mes que te has ido, y el vacío que has dejado se hace más grande y eterno. Tengo dolor, un dolor agudo y perenne que no se me va, una angustia que me arranca el corazón y me lo deja hecho pedazos. Nada me calma ni me da serenidad. Sólo a veces el mar me da un ápice de alivio y me recuerda que tú estás conmigo. Pero después ese dolor, esa opresión en el pecho es fuerte y constante. Te has ido y nos has dejado Todo, por eso creo que vas a volver porque necesitas cosas para tu viaje pero la verdad es que no necesitas nada. Te llevaste lo más preciado: el amor y el cariño que tanto Tus padres, Óscar, tus amigos y tus hijas aquí presentes te han dado. Nos desvivimos por ti, por sacarte una sonrisa por mimarte y por quererte aún más. Ya solo nos queda nuestra conciencia libre de pecado y de mala acción, porque estuvimos contigo y a los pies de tu cama hasta el fin. Me da tristeza ver a tus amigos que hablan de ti y están destrozados, pero a la vez una alegría oculta de saber lo querida que has sido y serás por siempre. Un hito de mujer tanto a nivel personal como profesional. Te quiero mamá, te quiero Maria. Me he peleado varias veces contigo, debido a ese carácter tan semejante que nos caracterizaba. Y ahora soy yo, la que en cada palabra o gesto que digo, te veo a ti, y te ven en mi. Una vez más, se que nos estás protegiendo desde el cielo, dónde ya dijo tu amigo Tony Fernández que habías abierto otro Muebles Mago. Siempre en nuestra mente y en nuestro corazón. Descansa en Paz y no nos abandones nunca. Tus hijas: Alejandra y Carolina
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