Recuerdo a un abuelo que se fue hace un año

Cristina Sebastián Rodríguez

José Sebastián García

  • La Voz
Mi historia Nací en el pueblo de Tahal Hijo de Juan y María, Mi nombre y apellidos José Sebastian García. Yo fui muy poco a la escuela nunca fue la culpa mía, por desgracia yo fui al campo la mayor parte de los días. Si algo yo hubiera estudiado, hubiese sido un poeta yo no pude estudiar nada y me hicieron la puñeta. La experiencia de la vida, y el pasar de cada día ha hecho que mi pensamiento pueda expresarlo en poesía. Si fuera un hombre instruido, si yo supiera escribir, con mis buenos pensamientos mucho mas podría decir. Tengo una facilidad que progresa cada día, de noche cuando no duermo estoy haciendo poesía. José Sebastián García Es increíble la huella que dejan algunas personas cuando se van de este mundo…ellos se van pero su recuerdo y su esencia se quedan en las personas que les quieren. Me siento que parte de mí se marchó con él para acompañarlo siempre, sin embargo, al cabo de unos días, sentí otra fuerza que se adentró por completo en mi cuerpo, instalándose en un lugar desconocido que hace que te sientas tranquila a la vez que protegida. ¿Será su alma? ¿Su espíritu? No lo se, solo se que esa fuerza me la envió él para que sintiera que siempre estará conmigo, a mi lado. Y una vez mas, logró sorprenderme. Y una vez mas, logró que sintiera admiración por él. Mi abuelo murió hace un año pero en todo este tiempo nunca he dejado de tenerlo en mis pensamientos. A el se lo cuento todo, cada paso que voy a dar, cada decisión, mis sentimientos, emociones, alegrías y frustraciones. Siento que me sigue cuidando desde ahí arriba de la misma manera que lo hacía cuando estaba aquí conmigo. Hoy, un día tan emotivo para mi, me gustaría compartir con todo el que quiera estas palabras que nacen del corazón y que se mezclan con las lágrimas que caen por mis mejillas cada vez que pienso en él. Y es que era tan bueno…no solo es amor de nieta, es que todo el mundo lo quería. Me encantaba cuando me decías que tenías una nueva poesía y me la recitabas. Recuerdo abuelo esas viejas historias del pueblo que me contabas. Las mismas que yo les contaré a mis hijos. Recuerdo tus ojos azules llorando de la risa que te entraba contándolas. Y también mi cara de felicidad al escucharlas. Tus gestos, las palabras que usabas, las mezclas que hacías con las comidas para no desperdiciar nada, tus vinos que no había quien se los bebiera…y por supuesto nunca se me olvidará el gesto de amor que tuviste hacia la abuela. ¿Cómo pudiste dejar tu casa y meterte en una residencia de ancianos estando perfectamente por no dejar a tu mujer sola? Cuando os visité la primera vez y te vi cogido de la mano de la abuela en ese sitio tan frío y triste, pensé que mi abuela era la mujer mas afortunada de este mundo por tener un marido como tu. ¡Qué acto de amor! ¡Qué lección de vida! Eres el ejemplo que quiero seguir como persona aunque se que nunca podré estar a tu altura. Siempre ayudando a los demás, siempre con una sonrisa, siempre demostrando tu humildad y generosidad, llevando tu pueblo por estandarte, cuidando a la familia…así es como siempre te recordaré. Gracias por haber escrito tan bonitas poesías que me ayudan a ser mejor persona y a valorar las pequeñas cosas. Gracias abuelo por haberme enseñado valores tan importantes en la vida. Gracias por haber educado tan bien a tus dos hijos, a mi tía, “la nena” y a mi padre “Juanito”. Gracias por regalarme 25 años de amor, cariño, risas, enseñanzas y poesía.