Qué duro se nos hace a los que te hemos conocido, pensar que ya no estás entre nosotros, nos despedimos orgullosos de ti, sabiendo que has sido tremendamente valiente hasta el último día, ganaste una primera batalla a esa enfermedad, que tan cruel ha sido contigo, pero que desgraciadamente te ha vencido en su segunda e inesperada embestida. Será difícil acercarse a tu despacho en Renault durante tanto tiempo, y no ver esa sonrisa con la que recibías a todo el mundo, que difícil era amigo, no llegar a un acuerdo contigo para comprar un coche, o para lo que hiciese falta. Lo hacías todo tan sencillo... Gran padre y amigo, gran profesional, apostaste fuerte por tu marca en los buenos y los malos momentos, lideraste con orgullo el récord de matriculaciones de coches en el año 2005, que será imposible volver a superar, hiciste todo lo posible por incorporarte de nuevo a tu puesto en Syrsa, y no paraste hasta conseguirlo, con ayuda de los tuyos, tus hijos y tu esposa María Ángeles, superando las duras sesiones de terapia de tu enfermedad. Pude comprobar en tu último adiós, la emoción de todos tus compañeros que tanto te apreciaban, o cómo tu tío Ángel Miñarro recordaba que siendo un chaval ya te hacías querer recién incorporado al taller de Renault que él dirigía. Me quedo con todo lo bueno que hemos compartido juntos, presentaciones, desa-yunos, aquel viaje juntos a la Formula Uno de Barcelona, las visitas de verano en Cabo de Gata, que desde hoy serán para siempre un maravilloso recuerdo. Gracias por todo amigo. Te deseamos tengas lo mejor allá donde quiera que estés.