Dice el sabio refranero español líbrate del día de las alabanzas, de antemano he de decir que todos los calificativos que aparecen en esta reflexión sobre Pedro Ramón López podrían ser corroborados por cualquier lector que tenga en sus manos este obituario y haya conocido al bueno de Pedro. Probablemente sean virtudes heredadas de su progenitor, Pedro Ramón El Carbonero, hombre bueno donde los hubiera y como anécdota escuchada sobre él, a la frase de Pedro, si tienes muchas fotos, ¿por qué te haces otra?, su respuesta era porque también ellos tienen que comer, haciendo alusión a aquellos fotógrafos ambulantes que pululaban por la ciudad. Su hijo, el mencionado Pedro Ramón López, ha fallecido este viernes, cuatro de noviembre a los 80 años, precisamente el día de mi cumpleaños para que siempre pueda tener un recuerdo de él, de lo cual me alegro. Único hermano entre cuatro mujeres, Carmen, Maruja, Fina y Merceditas, ojito derecho de ellas, era su Pedrín del alma, que desde pequeño tuvo que compaginar los primeros escarceos en el trabajo con su gran afición al fútbol. Todos recuerdan como D. Manuel, esposo de la Tita Magdalena, tal como la familia le llamaban, tenía que ponerle un cojín en la silla para que llegase a la máquina de escribir y aprender los rudimentos de la mecanografía, aspecto que le valdría bastante para sus futuros puestos de trabajo, en el juzgado, en Oliveros o en el aeropuerto de Almería. Todos sus compañeros en cualquiera de esos quehaceres de Pedro pueden dar fe de su profesionalidad, trabajo, interés, honestidad, seriedad, formalidad, junto a su bondadoso y servicial talante que supo aplicar en su vida personal donde fue ejemplo de todo lo expuesto y de ser un entrañable padre, esposo, hermano y amigo, todos expresaban su gran desolación por esta pérdida irreparable. Clásico extremo En el aspecto deportivo era el clásico extremo escurridizo de aquella época que supo recorrer la banda como pocos, Pavía o Adra eran algunos de sus equipos que gozaron de sus excelentes regates, hoy podría haber vivido profesionalmente del fútbol, ya no podrá animar a su U.D. Almería y su hueco se notará entre sus amigos abonados de tribuna. En la misa funeral se destacaron aspectos como que era un gran caballero y muy cristiano, ciertamente era un placer tener una conversación con él, se mostraba siempre de manera amena, con educación, sin levantar jamás la voz, con sensatez, con su tinte humorístico, impecable en el vestir con corbata y chaqueta casi siempre. Las veces que he podido charlar con Pedrín he acabado satisfecho, relajado, habiendo aprendido muchas cosas y siempre reconociendo que hoy faltan muchos Pedro Ramón, con todos sus valores, en la sociedad actual. Pedro, Encarnita, Toni y María del Mar, podéis estar satisfechos de vuestro padre, os ha marcado la estela a seguir, ojalá también se la marquéis a vuestros hijos; tía Encarna, has tenido la gran suerte de compartir tu vida con una de las mejores personas del mundo, eso es toda una satisfacción. Estimado y querido tío Pedro, me consta que estás participando ya de la Resurrección en Cristo y que no has podido hacerle este último regate a la vida, descansa en Paz.