Los secretos se los lleva al otro barrio, pero el acta fundacional de la Agrupación Deportiva Almería, una de sus grandes obras, la tengo yo. Paco Góngora no tenía nada y era el dueño de todo. Le buscaban los grandes de nuestro fútbol, a los que abría la puerta de la ciudad. No tenía horas para el deporte y hacía amigos en unos tiempos donde todo era nuevo para unos almerienses de Primera. Su vida Paco Góngora era funcionario y dueño del tiempo. No necesitaba llevar reloj porque controlaba el tiempo y los tiempos de su vida. Por las mañanas a la oficina y por las tardes al deporte. Era un hombre de gentes. Lo conocía todo el mundo. Le buscaban para pedirle porque siempre encontraban. Paco tenía para todos y no guardaba nada para él. Cuando Angelita empezó a llenar de vida el hogar de los Góngora-Castañedo, Paco trabajaba más y más para que nada les faltara. Pasó volando por la vida. Nunca se dio cuenta de lo que era ni de lo que hizo. La vida no le pagó bien, ya que llegada la jubilación se olvidó de todo lo que le rodeaba mientras te miraba con los ojos bien abiertos, ya con la enfermedad robándole todos los recuerdos de su vida. Góngora pasó los últimos años de su vida sin enterarse, pero nunca solo. Siempre estuvo su familia a su lado. La casa que no pisaba como él quería por motivos de trabajo terminó siendo el baúl de sus recuerdos para siempre. Su legado No iba por la vida echando cuentas. Si daba su palabra no había que firmar contrato. No jugaba amistosos. Paco siempre competía para conseguir las metas que se proponía y así le iban buscando los mejores dirigentes para que les echara una mano y Paco terminaba al frente del proyecto. Gallart le metió en la Federación y se hizo presidente. Luego se lo llevó al boxeo y con Fernando Roba hicieron de la pesca un nido de campeones. Todo lo que hacía dejaba una profunda huella como aquella Agrupación Deportiva Almería que fundó en 1970 por obra y gracia de Pavía, Plus Ultra y Arenas. Esta fue sin duda una de sus mayores obras. El Almería Alfonso García Sánchez lo conocía de la Federación y cuando tomó las riendas del Almería colocó a Paco como secretario general. Fue uno de sus mejores fichajes. Tan importante como Maguregui en el campo, se encargó de dar empaque a su ciudad vendiendo entre los clubes de Primera División una ‘Marca Almería’ que por aquellos tiempos ni se imaginaba. Puso su casa como testigo de todos los dirigentes que iban y venían por esta provincia atraídos por todo lo que Paco Góngora les vendía en esas horas de espera antes de un partido de Primera. En el túnel de vestuarios del Franco Navarro hizo las primeras amistades siendo Real Madrid y Barça los más aventajados en la agenda de Paco. Llenó de turistas futboleros las playas de El Zapillo y en la terraza de su casa en Ciudad Jardín nunca faltó nada en la mesa, ya que Angelita se encargaba de todo. Cuando nadie sabía en esta tierra de marketing futbolero, a Paco Góngora le llamaban de Televisión Española y de la Federación cada vez que tenían un problema. Alfonso García Sánchez dejaba en sus manos hasta el hospedaje de los árbitros. Paco tenía tiempo para todo. Nunca se dio cuenta de lo que hizo por el club de sus amores y por su ciudad. Su vida iba muy deprisa. Sus secretos Cuando murió uno de sus mejores amigos, José Miguel Fernández, nos pegamos 4 horas de reloj en el Tanatorio de la calle San Lorenzo hablando del Almería. Les confieso que nunca aprendí tanto. Con el maestro de la radio de cuerpo presente y Lola Benavides (su viuda), atendiendo las visitas, Paco me fue desvelando los grandes secretos de aquella Agrupación Deportiva Almería que ha sido el equipo de mi vida. Me presentó al verdadero Alfonso García Sánchez. Me acercó a Maguregui, a Juan Rojas, a Maxi... El secuestro de Quini y su reaparición en Almería... Me contó cosas que solo sabemos tres en Almería, bueno, ya dos: Alfonso y yo. No me puso condición para ello. Paco se fiaba de mí porque era de fiar. Le admiraba siendo yo el socio 520 y conocerlo fue una gran experiencia. Paco me regaló aquel día el acta de fundación de la A.D. Almería. No tenía nada. Era dueño de todo. Su familia Conocí a Paco antes que a Angelita y a sus hijos. Paco y Rafa se formaron en esta casa y Angelita es como su padre, si te puede hacer un favor se desvive. Los tres son a papá en serviciales. No podían ser malos viniendo de Paco y Ángeles, pero ellos no conocieron la obra de su padres como pude verla yo. Eran pequeños y salvo Paco, al que llevaba por el Estadio, Rafa y Angelita saben muchas cosas de su padre que yo les conté. Solo Angelita sabe lo que Paco amaba a su tierra y a sus gentes. A ella le tocaba esperar a que volviera de aquellas reuniones infinitas. Eso que se dice de que “detrás de gran un hombre hay una gran mujer”, es Angelita.