Francisco López Archilla nació en 1946 en Los Malos –Albondón (Granada). Trabajó de albañil y de agricultor, la profesión de su padre. Por temporadas, viajaron padre e hijo a Barcelona y el Campo de Dalías para trabajar en la obra. En 1976 se quedó a vivir en El Parador, donde abrió el bar Los Granaínos. En 1983 inauguró en La Gloria (Aguadulce) el restaurante Lindaraja, donde centró la actividad de los trovadores del Poniente almeriense y donde impulsó la creación de la Peña Trovera Añoranza, una asociación que durante dos décadas reunió a un grupo de aficionados al trovo que terminaron por convertirse en el centro de la poesía improvisada de Almería. Abrió su último negocio en El Parador, una tienda especializada en comestibles de primera calidad, que llamó la Bodega Chica. En la Bodega continuó reuniendo a improvisadores pero, sobre todo, potenció su actividad como escritor. Con el apoyo del Ayuntamiento de Vícar (Almería) publicó tres libros: 2003 Verdades versificadas. Una recopilación de sus poemas, escritos en décimas y quintillas. 2004 El sendero de los no elegidos. Describe la vida en los cortijos de La Contraviesa (Alpujarra) bajo la opresión y el sometimiento de la dictadura franquista. Está compuesto por cuatro narraciones escritas en décimas. 2007 El secreto del molino. Una recopilación de cinco narraciones, escritas en décimas, que parecen cuentos pero que tal vez sean la misma realidad. Un nexo común entre estos libros, como en el resto de sus escritos, es el uso de la décima espinela y, especialmente, el decidido carácter narrativo que le otorga, en consonancia con la tradicional función narrativa de la poética décima tanto en España como en Latinoamérica. Corazón dividido Antonio Bonilla, uno de los amigos de Paco López, escribió: Paco, como tantos de nosotros, es un hombre con el corazón dividido entre la Alpujarra Serrana, asomada al mar, patria chica y escenario de su infancia y primera juventud, y nuestra espléndida Comarca del Poniente Almeriense, en la que ha fundado su familia, en la que ha desarrollado todo su hacer de hombre, en la que ha visto crecer a sus hijos y desde la que contempla el mundo. Precisamente por esa doble querencia, la de La Alpujarra y la del Poniente almeriense, nace una de las virtudes literarias de Paco López dentro del campo de la poesía oral en Almería: Transformó la poética que recibió desde la oralidad para transmitirla a través de la escritura. En este aspecto, Paco López ha sido un poeta oral que ha cumplido los dictados impuestos por la época en que vivió. Desde mediados del siglo XX el uso de la cultura de transmisión oral está desapareciendo a favor del uso escrito, en progresión paralela a la desertificación del medio rural para masificar a la población en medios urbanos. Francisco López Archilla, Paco López siempre para las amistades, ha muerto en su barrio de El Parador. Con él se nos va también uno de los hombres esenciales en la cultura de Almería, de esa cultura que agoniza al margen de los circuitos oficiales y de los medios de comunicación de masas, pero que resulta indispensable para la formación humana porque se desarrolla en el centro del alma del pueblo.