La pasada semana, en la remota Baviera, la muerte ha arrancado las últimas vetas de uno de los filones más fecundos que ha conocido la investigación minera en Almería. A los 84 años, tras décadas de trabajo difundiendo la riqueza del patrimonio minero almeriense, Ebo Hellermann ha fallecido. Y cualquier semblanza que se haga sobre él debe conjugar su extraordinaria capacidad técnica, su inmenso amor a Almería y, por encima de toda, su gigantesca calidad humana.
Ya en los albores de su prometedora carrera profesional, el destino quiso darle una pista, entonces inadvertida, de lo que décadas después sería la pasión de su vida. Así, al poco de graduarse como ingeniero de minas, uno de sus primeros trabajos fue en el grupo empresarial heredero de la mítica Stolberg & Westfalia, que durante el siglo XIX explotó numerosas minas de zinc por las sierras almerienses.
Alejado de forma prematura del mundo minero, su actividad como ingeniero le llevó por otros derroteros, donde demostró su genio y versatilidad. A él se debe el diseño del complejo sistema de gestión de equipajes del Aeropuerto de Frankfurt, uno de los más importantes del mundo.
Tras una larga y exitosa carrera profesional, y una vez alcanzada la merecida jubilación, el destino lo trajo a Bédar, nuestra Bédar. Desde la cocina de su hermosa villa, rodeada de palmeras, Ebo desayunaba cada mañana viendo, muy intrigado, las escombreras de una olvidada mina de hierro, situada en pleno pueblo. La curiosidad alcanzó su cénit cuando, en una visita a una librería de Garrucha, cayó en sus manos el excelente e inclasificable libro de Antonio Molina Sánchez “Cuevas, Tierra de la Plata”. En ese momento, decidió consagrar su vida a catalogar, estudiar y situar en el mapa cuantas minas le fueran posibles. Un trabajo hercúleo que no tenía precedentes, y al que se dedicó con voluntad férrea y con rigor teutónico. Diez años después, la web Mining- andaluz recogía cientos de pozos, escombreras y galerías con sus nombres originales, completados con detalles históricos y mineralógicos.
De vuelta a su Alemania natal, y con una edad ya muy avanzada, su impulso no solo no decayó, sino que le llevó perfeccionar la cartografía on-line y a contactar con grupos locales. Y en esa coyuntura fue donde tuvimos el enorme privilegio de conocerlo. Primero por correo electrónico, colaborando con sus investigaciones y en septiembre de 2015, a raíz de su emotivo regreso a Bédar, presencialmente. La imagen de Ebo sentado satisfecho frente a la Mina Reformada, en el Pinar de Bédar, mientras recogíamos azuritas con sus hijos Bárbara y Jens, la recordaremos siempre.
En su última visita a nuestra tierra, en mayo de 2017, Ebo ya sentía que las fuerzas le abandonaban. Temeroso de que su legado pudiera perderse, y en una lección de infinita generosidad, nos pidió hacernos cargo de su ingente catálogo, preservarlo y, en la medida de lo posible, completarlo.
Con ese acicate, pero conscientes de que ninguno de nosotros le llegábamos a la suela de los zapatos, los Amigos del Patrimonio Geominero Almeriense lanzamos la web Minas de Almería, integrando, entre otros, los contenidos de Mining-Andaluz. Hoy, estamos de luto.
Con lágrimas en los ojos, solo nos queda decir: Vielen Dank, unser Freund. Muchas gracias, amigo.