Que bonito fue poder disfrutarte, por desgracia tan bonito como breve. Acaba de hacer un año que te fuiste, está claro que demasiado pronto, pero también tengo claro que sigues en el pensamiento de todos aquellos que tuvieron la suerte de compartir tu sonrisa, tu bondad, tu simpatía, un ejemplo de buena gente, y de persona honrada, que desgraciadamente ya no se encuentra entre nosotros. Seguro que tu esposa, tus adorables hijos, tus padres, familia, tu gente del vóley, y todos tus fieles amigos, para los que, en estos días, serán momentos difíciles, se están acordando de ti. Como ves esa maldita enfermedad, no pudo con todo. El cariño que diste a todos, se ha convertido para siempre en maravillosos recuerdos vividos. Espero que estés disfrutando del sitio que, personas como tu, deben tener reservado en lo mejor del cielo.
Raúl del Águila
- Ramón Gómez
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