No sé por donde empezar para darle las gracias a todos por querer tanto a mi hermano Paco. Nosotros somos una familia humilde de Pescadería-La Chanca. La formaron: Miguel Montoya Nieto y Ana Soto López. Unos padres maravillosos a los que Dios premió con 12 hijos: diez niños y las dos últimas fueron niñas.
Los Montoya Soto ya no somos tantos porque mi madre falleció y mi padre ha visto marcharse a tres de mis hermanos: Jesús, Juan y Paco. Nada peor en este mundo que despedir a un hermano. Palabra.
Helados Adolfo
Mi hermano Paco, nacido y criado en La Chanca tenía en la radio la ilusión de su vida. Yo trabajé con él ocho años y puedo dar fe de cuánto lo querían en el barrio.
Hacía la radio como le salía del alma. A su manera, pero siempre atendiendo a una gente a la que amaba y servía con infinito cariño. Tuvo el éxito que él quería. No era otro que ser querido por sus vecinos y sentirse importante para ellos. Mi hermano Paco lo conseguía con creces cada vez que se ponía delante del micrófono.
Paco no vivía de la radio ya que trabajó 30 años en Helados Adolfo siendo la radio su pasión y no su medio de vida. Siempre fiel a su profesión sacaba tiempo para todo y para todos como ahora me recuerdan por Pescadería, La Chanca o la Plaza de Pavía sus fieles oyentes, esos que solo querían escuchar la radio que Paco Montoya hacía cada día.
Paco era un niño
Todos mis hermanos son buena gente y nuestro barrio lo sabe, pero con Paco siempre hubo una sintonía especial. Porque era un niño grande. Siempre cercano y servicial. Con una sonrisa en los labios y contando alergias más que penas a todos los que le rodeaban.
Mi hermano Paco iba haciendo amigos por el mundo y por eso ya lo están echando de menos en las ondas por donde derramaba su alegría y su bondad. No le hacía mal a nadie y sentía un profundo respeto por todos los profesionales de la radio a los que admiraba y reconocía.
Si existe el cielo mi hermano tiene que estar allí porque era un hombre bueno. Un niño que regalaba su alegría.
Sin palabras
Para terminar y en nombre de toda la familia y de mi hermano que me lo manda desde su corazón, quiero dar las gracias a nuestro barrio y a nuestra Almería a la que amamos y nos quiere.
A Canal Sur Radio y Televisión. A LA VOZ DE ALMERÍA. A Fina Martín por su cariño infinito y a todos los oyentes de mi Radio de Pescadería.