Hace un año, el 1 de marzo, fallecía un hombre bueno, Carlos Sánchez Ruiz, aunque era conocido como el Tite Carlos. (El día 2 de marzo a las 19,30h en la parroquia de S. Sebastián celebraremos una misa por el.)
Nació en una familia sencilla, su madre Ana, su padre Antonio y su hermana Ana ,cinco años mayor que ellos. Ellos, si. Su mellizo,el cual murió a los pocos meses de nacer. Corría el año 1957.
Pero no os voy a hablar de su historia sino de sus amores:
Uno de sus amores eran las motos, ayudó a crear dos peñas moteras, la última “Caballeros de Acero”, sus amigos queridos, le acompañaron en sus últimos días haciendo honor a su nombre: “caballeros”.
Otro de sus amores fue la Agrupación de voluntarios de Protección Civil del ayuntamiento de Almeria. De la que fue Jefe de sección. Con los que compartió sus mejores aspiraciones de ayuda, de salvar vidas, de atender en los peligros a cualquier semejante. Fueron sus amigos queridos, sus compañeros.
La Cofradía del Amor de S. Sebastián la llevaba en su sangre desde niño. Era mas que amor, lo sentía por los hermanos cofrades, lo sentía por su Cristo, y por su Virgen del Primer Dolor. El la miraba a Ella, y ponía en sus manos todo su corazón. Cuántas Semanas Santas en la calle...el iba por fuera, con su labor callada para que nada fallara. La última Semana Santa de su vida le hicieron una ‘levantá'... cuánto gozo sintió él. Al Cielo con Ella suelen gritar ...y con Ella se fue al Cielo.
Carlos amó a muchas personas, amó a sus amigos, con su humor negro, como decía Pepe Luis, pero con su corazón bondadoso. Amó mucho a su familia a su hermana, a sus tres sobrinas, que más que sobrinas eran hermanas para él. A los pequeñines de la familia…
Pero sobre todo y con locura amó a sus hijos y a su propia madre. Hoy estará con su hijo Carlos en el Cielo. Pero yo vi día a día el amor por su hijo Jesús,lo amo con locura de padre como solo ama un padre. Como aman los padres, y las madres. Ana, la madre de Carlos, era su cariño mas tierno, su madre, su consuelo..
Yo tuve la suerte de compartir 15 años de mi vida con mi marido, la suerte y la gracia. Un día antes de su muerte por cáncer, nos despedimos. Me dijo que sentía morirse porque me dejaba sola. Y yo le pregunte si creía en el Cielo. Me respondió que si, con fe, con convicción. Mi respuesta fue: cuando llegues al Cielo, cariño, cuida de mi. Me prometió que lo haría.
Yo sé que no solo por mi , sino por todos los que amó en esta vida, el intercede ante su Cristo del Amor y su Madre del Primer Dolor.