La calle Mayor de Los Gallardos se queda sin Alan Derraz, el vecino más atento y solidario con todos y cada uno de los residentes en la localidad. Alan Herraz de 66 años, un marroquí vinculado desde toda su juventud a Cádiz, Tabernas y Los Gallardos.
Era un ejemplo de bondad, un chef de mucho nivel para la familia y amigos. No había Navidad ni días señalados en el que su presencia y atención nos dejara indiferentes. Compartí pocos, pero auténticos momentos en su terraza interior, comidas con su inseparable vecino Mario, o en el Pub Simón con Juanita Torres o sus queridos José María e Isabel Haro Carretero quien me dio la triste noticia casi a las diez de la noche. Como siempre, una atenta Ana Jerez, nos precisó datos. Es un obituario informativo para que sus amigos puedan despedirlo.
En los tiempos de mi madre centenaria siempre estaba ahí para arreglar un calentador o reponer una bombilla. No discriminó a nadie y, en cambio, tuvo la madurez e inteligencia para ganar a la ignorancia de otras épocas que estigmatizaban con la palabra “moro”. Ese atisbo de intolerancia, de racismo, desapareció la personalidad educada y arrolladora de Alan que nos enseño muchas cosas para la convivencia.
Ha sido un ciudadano y un vecino impagable e intachable. El pueblo de Los Gallardos lo despedirá esta tarde en la iglesia de San José y posteriormente recibirá sepultura en el cementerio de Tabernas, localidad a la que se sentía familiarmente muy querido y por su trayectoria emprendedora con el cuidado de olivos y el aceite que producía.
Por razones laborales estuvo relacionado con el Clúb Hípico de Almería. Las últimas alegrías de su vida estaban centradas en su nieto y nieta, hijos de Ismael que reside en Garrucha. Era viudo de Lourdes, la profesora del Colegio Público Juan XXIII de Los Gallardos y sobrina del cura-párroco Juan José Muñoz del Pozo y Valero.