Nacho López-Gay: adiós compañero, amigo, será difícil aceptar que te has ido para siempre

Antonio Fernández

Nacho López-Gay

  • Antonio Fernández

La muerte no tiene respeto por la vida, ni por los afectos, ni por las vidas que va segando. Cuando sabes del fallecimiento de una persona conocida apenas tiene capacidad de aceptar lo irremediable.


Eso fue ayer tras conocer el trágico final de Ignacio López-Gay, una de esas personas con las que tantos hemos compartido una visión entusiasta de la vida, los intríngulis de quienes nacieron para ser creadores de ilusiones y proyectos.


El compañero
Durante más de una década Nacho compartió con los que formamos la redacción de La Voz de Almería horas de trabajo, discusiones sobre las ideas para hacer más atractivo el periódico y muchas risas porque gozaba de un afilado sentido del humor que sabía trasladarnos en los momentos más tensos del día a día.


Era nuestro maquetista, el que nos marcaba el camino hacia cómo trasladar la información a las páginas de papel. Su capacidad creativa permitió sacar a la calle publicaciones excelentes, como el mejor suplemento de información económica diseñado jamás por un periódico almeriense, unos cuadernos de economía que fueron la mejor radiografía del desarrollo de esta provincia.


El amigo
Pero Nacho era mucho más que un compañero de afanes y páginas, era un amigo de los que se valoran mucho en vida y a los que se echa más de menos cuando la muerte se presenta. No diré que jamás tuvo un mal gesto porque, cosa común entre los artistas, de vez en cuando se desahogaba si las cosas no salían como él quería.


Más allá de eso, fue uno de los últimos grandes diseñadores gráficos que ha dado esta Almería nuestra, y sobre todo un buen tipo, de esos que te preguntan cómo estás y que disfrutan si todo va bien y lo sienten como suyo cuando vienen mal dadas.


Estaba lleno de vida, colaboraba con quienes le requeríamos para hacer algo mejor el mundo que nos rodea. Y un choque fatal nos lo arrebató ayer, sin anuncios, sin remisión. Deja un hueco en nuestra Almería y un vacío enorme en nuestros corazones.