Primer aniversario de nuestra Claudia G. Aricocchi

Ángel Hidalgo Gálvez

Claudia G. Aricocchi

  • Ángel Hidalgo Gálvez

Cerraste tus ojitos de aceituna para dejar de ver lo que poseías en la tierra, esa inmensa sonrisa que calmaba la más terrible tempestad y esa continua lucha por hacer el bien. Pero no ha sido en vano, seguiremos tus pasos, seguiremos sonriendo como tú solo sabías hacerlo y seguiremos luchando sin posibilidad de derrota.


“El mundo es de los valientes”, decían, ¡Qué razón tenían!, luchaste hasta el final poniéndole toda la fé y positividad a esa terrible enfermedad que ni el nombre deseo pronunciar. Te fuiste, sí, pero dejaste todo el amor que te cabía en el pecho para que nunca podamos olvidarte.


Estando unidos se es más fuerte y es totalmente cierto, al separarnos todo se desplomó, pero eso fue solo una pequeña parte de nuestra gran vida juntos. Tu vecina, Guillermina, mostró el significado de la palabra amistad.  Tenías dos hijos y te fuiste teniendo dos más. Las Navidades tenían ese color rojo cereza, como el de tus mejillas, gracias a esa ilusión que tú siempre le ponías a todo.


Me ayudaste a salir de las peores batallas y juntos logramos crear un nuevo hogar. Tú eras mis manos y mi vista y yo tus oídos y tu apoyo. Diez años de buenos y malos momentos pero que nunca dejaría de volver a vivirlos ya sea por estar una sola vez más contigo.


Tengo tantas cosas que decirte, no tengo prisa, ni tu tampoco, solo saber que algún día lograré contártelas me da fuerzas para seguir caminando aunque sea arrastrándome, como tú me enseñaste, sin temor a nada.

Te queremos y te echamos de menos nuestra coquita.