Compartimos los estudios de Derecho juntos, cuando asistíamos como alumnos libres a la Facultad de Derecho de Granada, y tuvimos la suerte, que fue determinante para nuestra formación, de tener como profesor al abogado y maestro Juan Pérez Pérez, por entonces, Premio Extraordinario de la Carrera de Derecho en la Universidad de Granada.
Incorporado al Colegio de Abogados de Almería, durante muchos años compartimos la enseñanza y la docencia siendo profesores de la recién creada Escuela de Práctica Jurídica, impartiendo casi todas las disciplinas del Derecho, incluyendo la Deontología profesional y las normas del estatuto general de la Abogacía.
Esta actividad la realizamos Simón y yo, entre compañeros de manera altruista y desinteresadamente. De esta manera transmitíamos nuestro conocimiento y experiencia en el ejercicio de la profesión a todos los abogados jóvenes que se incorporaban a la Escuela de Práctica Jurídica.
Por su amor a la Justicia y su destacada preparación profesional, desempeñó durante varios años el cargo de Decano del Colegio de Abogados de Almería con notable acierto.
Simón ha sido un buen hijo, un buen hermano, un buen marido, un buen padre, un buen abuelo y un gran compañero, destacando sobre todo su cortesía, consideración, sentido de la responsabilidad y elegancia con los compañeros. En definitiva, ha sido un buen servidor de la Justicia.
Merece pues, por los servicios prestados nuestro profundo afecto y consideración que desde aquí hago extensivo a su esposa, hijos y demás familiares.
Hasta siempre Simón.