El Padre López, como era conocido entre nosotros, murió en Cádiz a la edad de noventa y cuatro años. Son muchos años, de los cuales sesenta y nueve fueron de sacerdote itinerante, como buen fraile dominico hijo de obediencia.
Los frailes dominicos heredamos la itinerancia de Santo Domingo de Guzman, fundador de la Orden de Predicadores, que iba de pueblo en pueblo “hablando de Dios a los hombres y a los hombres de Dios” Así hizo fray José María durante los años de su sacerdocio.
Su historia parece una novela de aventurero. Muy joven, con 26 años, se va de misionero para La Habana (Cuba), como buen hijo de obediencia. Malos años aquellos de Fidel Castro. Los acontecimientos de la revolución cubana le hicieron abandonar aquellas gentes que ya amaba. La fraternidad, el cariño, por las gentes a las que se lleva el Evangelio, es esencial como principio de evangelización. El Padre López sintió mucho tener que abandonar Cuba. Fidel Castro no quería misioneros religiosos.
En 1961 lo encontramos en Venezuela con su trabajo apostólico de ir construyendo EL REINO predicado por Jesucristo; trabajó en un colegio, en la parroquia y, sobre todo propagando la devoción al Santo Rosario. Fue gran devoto de la Virgen María
En 1965 aparece en Málaga, en la casa de Santo Domingo. Su apostolado se desarrolla en el barrio de la Palmilla. Barrio muy marginado por entonces. Su idea es estar cerca de los más pobres, mezclarse con ellos, vivir su vida, sus problemas, prestando ayuda en lo que podía. Una anécdota muy peculiar suya era que siempre daba una moneda a los que pedían por la calle. Nunca le faltó clientela. Lo vemos hacer lo mismo luego en Almería. En la Palmilla animó y potencio la Cofradía del Rosario.
Aún se le recuerda paseando por las calles de Málaga con su hábito blanco y el rosario, que cuelga de la correa, en la mano.
En 1967 lo encontramos en Granada. Lo imagino paseando con el hábito dominico por los Cármenes, el Generalife y a La Alhambra, sobre todo en Otoño, cuando los árboles se visten de diversos colores, ¿ Pensaría, rezando el Rosario, en los antepasados musulmanes de esas tierras? Bien seguro. Entonces no había que hacer cola para poder visitar esos lugares granadinos. El P. López vivió en el Real Convento de Santa Cruz la Real dedicado a diversas actividades pastorales. La escalera regia del convento conserva las flechas y recuerda del “tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando”. Ejerció el apostolado en la Parroquia de Santa Escolástica
En l969, obedeciendo a la invitación de los Superiores, viene para Almería. Fue muy querido en esta nuestra ciudad. Los grupos de mayores lo recuerdan en las tertulias de las tardes sentado o paseando por el paseo cerca del Convento. Fue animador religioso de la Legión de María. Les gustaba organizar la fiesta de la Presentación de Jesús Niño en el Templo de Jerusalén. Era la fiesta de los niños, no faltaban los caramelos o las golosinas. Los padres de Jesús, según los Evangelios, tenían que rescatar al niño ofreciendo “un par de tórtolas o dos pichones” y así se hacía en un rito con los niños. Si sientes curiosidad puedes leer lo que cuenta San Lucas en el capítulo primero del su Evangelio, los versos 22 al 25. Así lo tenían mandado, por Ley, todos los padres de Judea.
Se le veía muchos ratos en el Santuario de la Patrona, La Virgen del Mar, Presentando niños a la Virgen, los pasaba por debajo del manto del Camarín. Seguro que muchos almerienses lo recuerdan. Algunos de los que han tenido que irse fuera de Almería, cuando nos visitan, recuerdan que pasaron por debajo del manto de la Patrona y le traen flores.
Debido a su edad avanzada y a necesitar mayores cuidados, en agosto de 2015 fue trasladado a la enfermería de Cádiz. Allí murió el 27 de Noviembre pasado.
La Legión de María lo añora. En el convento nos ha dejado un gran vacío, con la seguridad que se acuerda de nosotros en el Cielo.