Se nos ha ido Katiana, envuelta en el amor de su familia y amigos. Se ha marchado tranquila, como sólo puede dormir, quien lo ha dado todo por intentarlo. Mientras, toda Mojácar y su comarca llora de impotencia y tristeza. Ella, ahora descansa en paz, arriba con las estrellas.
Nunca estuvo sola. Junta a ella , siempre fiel en la lucha, su escudero , protegiéndola de las sombras y los miedos. Tres años de lucha, contra el dragón terrible que finalmente le arrebató a su princesa. Junto a ellos, sus hermanas, uña y carne de Katiana. Y sus padres, desolados e inconsolables.
Ha dejado con el corazón roto a toda su familia y huérfanos también, a todos los animalitos de este mundo, que han perdido a su hada protectora.
Pero Katiana nos dejó una enseñanza: Luchad, vivid y tened esperanza.
El cáncer, no podrá con su recuerdo, burlaremos su destino.
Mientras el último de nosotros viva, vivirá Katiana. Y seguirá viva, en cada animal que protejamos o acojamos, en cada risa suya que recordemos y en los miles de recuerdos, fotos, y especialmente sentimientos que de ella tenemos.
Tras su despedida, y desde y por siempre, en Mojácar, las rosas y el carmin rojos, serán “rojo Katiana”.
Nosotros, seguiremos escuchando el terciopelo de su bella voz, cantando Tarantos, reconociendo la chispa de su humor churrío en los de su sangre y recordando su siempre cariñosa sonrisa, jugando o hablando con su sobrina o con los niños a los que también adoraba.
Ahora Katiana, ya nada te hará daño, ninguna noticia ya será mala, se esfumaron el dolor y los miedos, y toda tu, bella y preciosa como siempre, serás la eterna luz, nuestro ángel de la guarda.
En memoria de Katiana Montoya Torres que nos dejó el 7 de febrero de 2019, a la edad de 42 años, en Mojácar.