Le dijo a uno de sus hijos antes de darle el pin del móvil y las llaves de la empresa: “Llamad a Tony si pasa algo”. Sabía que le quedaba poco y era tan fiel a la Cadena SER y a LA VOZ que seguro estará orgulloso de salir en los obituarios porque así lo ha querido mi amigo Medina. Nunca le permití que fuera del barrio de Los Ángeles, ya que pertenecía a la Colonia Belén y en los desafíos era como ser del Real Madrid o su Real Sociedad.
El mismo día que me enteré de su fallecimiento estuve tomando café con uno de mis jefes, Ginés Alonso, y hablamos de los obituarios. No me podía imaginar al llegar a casa la llamada de Rafa Góngora diciéndome que Medina había muerto. Somos de la misma edad, me llevaba unos meses y marqué goles porque daba la pelota al pie y hacía equipo.
Campo de La Balsa Un día, sería sábado, nos conocimos en el que acabaría siendo primero campo de Los Ángeles y luego Pabellón Jairo Ruiz. Yo jugaba de delantero centro (palomero) y Medina me eligió sin verme dar una patada al balón. Ese partido lo ganamos y marqué dos goles; uno a centro de Sebastián y el otro me lo dio Medina solo para empujarla. Había sintonía entre nosotros y cada sábado el partido para oxigenar la mente del trabajo y el estudio semanal.
No hubo conato de pelea que no reparara Medina como más tarde arregló lavadoras y frigoríficos.
Localia TV Nos echamos novia, nos casamos, tomamos caminos distintos y nos perdimos la pista hasta que la televisión nos unió ya para siempre. Con el nacimiento de Localia TV en el año 2002, Medina le puso cara a Tony Fernández. Le costó dar conmigo porque cuando jugaba al fútbol lo hacía como Camacho, así me conocían en la Escuela de Maestría y en Saveres.
Mandaba Medina SMS a la televisión y un día se hizo con el teléfono de Localia y me llamó, estaba en maquillaje y me lo pasaron. En un minuto ya estábamos vestidos de corto en el campo de La Balsa jugando desafíos. Era ‘el Medina’ de la Colonia Belén. Esa fue la primera de muchas llamadas más. Luego las visitas a la Cadena SER (que le encantó) porque se la imaginaba más pequeña, y su fidelidad de oyente.
Ejemplo a seguir El mismo Medina de mi barrio era el de El Ejido en esos tiempos de alto voltaje entre Almería y Poli Ejido. Entre el fuego cruzado siempre supo estar con señorío dando a los rojiblancos su lugar y peleando espacio para el Poli. Ni un solo reproche hacia dos clubes que por encima de todo consideraba como almerienses: hermanos.
Los Medina Siempre me quedarán sus hijos de los que tan orgulloso estaba Medina: José Ramón, Pedro, Jesús, David y Antonio, hombres de bien como su padre. Su esposa María del Mar después de tantos años juntos lo lleva en el corazón consciente de que se ha marchado el cuerpo pero el amor se lleva en el alma.
Yo le decía a Medina que era un soñador. Que iba a pecho descubierto por la vida, una cosa era el ocio y otra el negocio. No me hacía caso, los del barrio somos así y a Medina nadie lo bajó del burro por la verdad. Iba a muerte con la razón.