Alberto Oliart y las maniobras militares entre Tabernas y Mojácar

Alberto Oliart

  • Antonio Torres

El exministro, jurista, y exdirector general de RTVE, Alberto Oliart, nacido en Mérida en 1928, falleció en Madrid en el Día Mundial de la Radio, medio al que adoraba llegando a ser tertuliano de RNE y de la Cadena SER. Ministro de Industria y Sanidad en el Gobierno de Adolfo Suárez. El 30 de octubre de 1981, en calidad de ministro de Defensa con Leopoldo Calvo Sotelo, estuvo en zona de Turre, Los Retamares (Tabernas), Vera, Garrucha y Mojácar. Aquí, en el Parador de Turismo, logré entrevistarlo para Radio Almería, minutos antes de que emprendiera en helicóptero viaje de regreso a Madrid. Oliart presenció unas maniobras militares, conjuntas con Estados Unidos. El año 1981 tuvo en el intento de golpe de Estado, el 23-F, y en el caso Almería, un examen para la democracia española. El ministro Oliart, con la ayuda del teniente coronel Emilio Alonso Manglano al frente del CESID supo controlar las tensiones provocadas por la intentona golpista, la detención de Tejero, Armada y sus secuaces y el consiguiente Consejo de Guerra. 


Durante las maniobras militares del Levante Almeriense, Oliart coincidió el general Valenzuela, víctima, un personaje que indirectamente provocó el caso Almería. Los condenados por el caso Almería se empeñaron en tildar a los tres jóvenes como los que atentaron contra el general Valenzuela. Un torpe y malicioso argumento. El teniente general Joaquín de Valenzuela y Alcíbar Jáuregui (Zaragoza, 1912-1996), jefe del Cuarto Militar del Rey desde 1977 hasta 1983, escapó con vida al atentado perpetrado contra él por ETA el 7 de mayo de 1981 en la calle Conde de Peñalver (Madrid). Al atentar contra el general Valenzuela, poco más de dos meses después del frustrado golpe de Estado del 23-F y tres días antes del Caso Almería, ETA pretendía acabar con uno de los militares más próximos y leales al Rey, desestabilizando la entonces frágil democracia española. La bomba lanzada contra el vehículo del general Valenzuela, que le causó heridas por las que estuvo ingresado 24 días, mató a su ayudante, el teniente coronel Guillermo Tebar; un suboficial de escolta, Antonio Nogueira, y el cabo conductor Manuel Rodríguez. Una de las consecuencias indirectas de este suceso fue el caso Almería, en el que murieron tres jóvenes a quienes la Guardia Civil se empeñó, sin hacer ninguna investigación, con los etarras Bereciartúa y Mazusta, supuestos autores del atentado, cuyas fotografías difundió el Ministerio del Interior que dirigió el desaparecido Juan José Rosón y su célebre frase de “trágico error”.


El general Valenzuela aseguró en dichas maniobras que había logrado recuperarse físicamente, pero que el atentado, la muerte de varios de sus colaboradores y los tres jóvenes inocentes de la carretera de Gérgal, le perseguiría durante toda la vida. Alberto Oliart dimitió de RTVE después de que se conociera que la televisión pública había adjudicado un contrato de prestación de servicios técnicos a la filial de Telefónica Broadcast Services (TBS), dirigida por uno de sus hijos. En los tiempos en que Rodríguez Zapatero intentó hacer una televisión despolitizada pactó con Rajoy su candidato. Un Oliart que quiso ejercer con independencia y huyendo de los poderes fácticos y manipuladores de algunos políticos. Como la vida misma. Todos queriendo medrar para cargarse a un medio público potente y necesario para todos, todos los españoles.