Gonzalo Leal y su compromiso con la limpieza “real” de Palomares

Antonio Torres

Gonzalo Leal

  • La Voz

La muerte del ingeniero de minas Gonzalo Leal Echevarría (Madrid, 1936-2021), un pozo de conocimiento, casado con una almeriense, padre de cinco hijos, extrabajador en las minas de oro de Rodalquilar, la ha lamentado toda la provincia. Leal labró su prestigio con el legado arqueológico industrial de la provincia. Lanzó el primer catálogo de patrimonio minero de Bédar (2006), junto al investigador Juan Antonio Soler. Por su conocimiento, rigor científico y saber estar fue reclamado para publicar artículos en revistas especializadas y su participación en congresos de ámbito internacional. La noticia me la trasladó el martes su amigo el médico Juan Antonio Soler Jódar, residente en Francia. Ambos fueron concejales en el Ayuntamiento de Bédar. La pasión por la investigación minera le llevó en el verano de 1961 a la mina de carbón Thorsby, en Nottingham. Desarrolló su vida profesional en la empresa nacional Adaro de Investigaciones Mineras SA (1963-93) Desarrolló la jefatura de cooperación técnica en Perú (Embajada de España) en geología, minería de cobre y sismología (1977-82). Hasta 1985 fue delegado de ADARO para Iberoamérica (otras misiones en Ecuador, Argentina y México.) Cofundador de la Agrupación de Electores “Levante Sostenible”.


Toda Almería conoció su trabajo para Adaro, en Rodalquilar, la empresa nacional de investigaciones mineras que en 1982 presidió el almeriense Juan Antonio Gómez Angulo. Leal participó en la tarea de limpieza de Palomares, tras la caída de las bombas en 1966, junto a otros colegas como el almeriense Francisco Pérez Manzuco. En los próximos meses será protagonista de una serie de televisión dedicada a Palomares en la que intervendrá, adelantó ayer el editor Juan Grima, gran amigo de Leal y del doctor Soler quien el martes estaba profundamente afectado por la pérdida de su gran colega en la investigación y en las rutas culturales: “Es una gran pérdida”, reiteró Soler, “y yo la he sentido especialmente. Era muy inteligente y generosa. Me ayudó mucho en los proyectos que he llevado a cabo. Me enteré de su muerte por medio de un foro de mineralogía. La última vez que me llamó fue para organizar una ruta por las minas de Bédar con un grupo de gente que conocía y quería que fuera con ellos. Lo último que me dijo fue que les buscara una ruta sencilla, ya que la media de edad era ya muy elevada. He conocido a pocas personas con tanto espíritu emprendedor como Gonzalo. Sabía cómo explicar las cosas y se notaba que ponía pasión en todos los proyectos en los que se implicaba. En Bédar, pude comprobarlo por mí mismo, pues se tomó muy en serio su papel de concejal, quería realmente mejorar el pueblo y que la gente viviera mejor. Pero bueno, ya se sabe que la política de hoy en día no está hecha para idealistas”.