Vera despidió ayer a Emilio Jiménez Flores, de 89 años, un hombre “más bueno que el pan”, definición de su prima Juanita Torres de Los Gallardos. La paciencia convertida en el eje del diálogo y la convivencia. Su conversación era tranquila. Hablaba lo justo. Huía del ruido y de molestar. De ideas firmes. Su sonrisa desprendía paz para quienes le rodeaban, en línea con su familia, su esposa María Josefa Ramírez y de sus hijos Ana Mari, María José, Manuel y Antonio.
Era un amante de su Vera y de Los Coloraos, el rincón de Antas donde nació. En este espacio disfrutaba del molino de sus padres, sus perros, la caza, la finca de naranjos y limoneros. Era nieto de Andrés Flores, exalcalde de Los Gallardos y persona que trabajó por la independencia de esta localidad respecto a Bédar en 1924. Nuestro primo Emilio fue jefe de equipo de producción en la planta de DERETIL, persona de confianza del actual presidente de la Asociación de Empresarios de Almería (ASEMPAL), Pepe Cano, en Villaricos, donde trabajó casi 30 años.
Amante del fútbol. Le encantaba pasar las tardes -comiendo pipas- en el Estadio de Las Viñas, para ver a su equipo, el Vera. Era un sempiterno seguidor del Valencia rodeado de madridistas. A Unai Emery, en su etapa de entrenador del Valencia, le dijimos que en Vera tenían a un gran seguidor y que nos enseñaba el espíritu de Paquito, Guillot, Waldo, Sol, Claramunt o Villa. El actual responsable de la gestión deportiva valencianista, Miguel Ángel Corona, también pudo conocer el compromiso de nuestro Emilio Jiménez con el club del Turia.
Sus vecinos y amigos mostraron su dolor en la despedida que se le tributó. El empeoramiento de su salud, pandemia y otras circunstancias nos han impedido disfrutar de sus reflexiones sobre la vida que iban más allá del fútbol.