No es fácil expresar lo que sientes cuando un buen amigo acaba de marcharse de una forma tan inesperada como lo ha hecho Jesús. Su amor por su tierra, su espíritu emprendedor, su carácter inquieto, sus ganas de conocer y de dar a conocer fueron determinantes para que un mes de enero de 1998 impulsara la creación de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Almería, de la que hasta ahora ha sido su presidente indiscutible, y que nos deja huérfanos. Te vamos a echar mucho de menos.
Jesús era una persona que transmitía entusiasmo a todos los que se encontraban a su alrededor, porque entusiasmo es lo que ponía en cada cosa que hacía. Su pasión por los trenes, amante de la filatelia, de la música, cinéfilo, gran lector y con una memoria prodigiosa para recordar aquella Almería de su juventud que tanto amó. Has dejado pendiente muchos proyectos, amigo.
Son muchos los recuerdos que se agolpan desde que el tren de ASAFAL empezó a rodar por las vías con Jesús de maquinista. Aquel centenario del ferrocarril de Linares a Almería que celebramos en 1999, los primeros ciclos de cine ferroviario, las exposiciones de maquetas, históricas, fotográficas o filatélicas, el gran congreso de asociaciones de amigos del ferrocarril en el emblemático 2005…, y siempre estaba Jesús ahí, en la cabina de la locomotora, peleando porque la cultura del tren arraigara entre los almerienses.
Cómo has disfrutado en esos viajes ferroviarios donde compartíamos charlas interminables en las que hablábamos de todo y gestábamos nuevos proyectos. Nunca has tenido miedo de afrontarlos, ese era tu carácter. Estaba muy orgulloso de su asociación y sentía una enorme satisfacción cuando veía que el público se deleitaba con las actividades organizadas, especialmente con las maquetas ferroviarias.
Detrás de todo esto ha habido mucho trabajo y Jesús ha sido un puntal esencial para que todo llegara a buen puerto o, mejor dicho, a buena estación. Por eso, no te vamos a perdonar que te hayas ido sin subirte a ese tren de alta velocidad por el que tanto has peleado para tu tierra. Algún día llegará y, en ese momento, habrá un recuerdo especial para ti.
Querido Jesús, siempre, los amigos del ferrocarril de Almería te estarán eternamente agradecidos.