Realizarte este homenaje es algo para lo que nunca he estado preparado. Nunca pensé lo duro que sería una despedida de ti, mi vida se quebró hoy hace un mes con tu partida.
Mi nana, motor de mi vida, cuánto te extraño.
Hablar de mi abuela Antonia es tan difícil en estas líneas, pero a la vez tan fácil y gratificante describirte, mujer entregada a la vida, única para toda nuestra familia, y los que han formado parte de tu larga historia.
Has creado un patrón de bellos recuerdos, un traje engalanado con una forma de ser inmejorable, amable, paciente, generosa, me siento tan orgulloso de ser tu nieto.
Pocas personas conoceré en la vida que se hayan desvivido tanto por toda su gente, familia y allegados, ayudando a necesitados, dando cobijo, atendiendo enfermos cuando era necesario.
Incansable, incesante, eterna. Sin pedir nada a cambio.
Por aquí te resultaría increíble, no te imaginas lo que te recuerdan, no hay persona que me hable de ti sin lágrimas en los ojos y lo grande que eras para todos, los recuerdos que tienen de ti. Lo dicen de verdad, de corazón, se nota. Porque así eras, grande de corazón.
Seguimos avanzando en la vida, te sentimos aquí como si no te hubieras ido. Mantendré todas las promesas que te hice y que sé que hacen haberte ido un poco más tranquila. Nunca lo hubiera querido, pero tantas veces lo hablamos tú y yo, el reloj de la vida era imperdonable, hasta para ti.
Estarás bien acompañada allí arriba, seguro estoy. Te habrás reencontrado con tantos que te esperan, porque seguro también estoy de que te habrán recibido como te mereces, a lo grande. Mando besos a los que están acompañándote, se les extraña mucho también.
Te nombramos todos, día y noche, hijos, nuera, nietos, bisnietos, mención sobre todo mi tita María, tu amada hija.
Dejaste todo tan bien atado, hiciste un bordado perfecto de tu vida y la de los demás, que puedes estar tranquila que velaremos siempre por lo que quisiste.
Te seguiré hablando y pidiendo consejo como siempre. Solo se muere cuando se olvida, y contigo eso nunca me pasará. Tu nieto que te adora, te llora y te buscará por siempre.
Antonia Fernández García falleció el 18 de mayo de 2021 a los 95 años de edad.
De tu nieto Marco Checa y toda la familia.