Querida Beatriz, hace ya un mes que nos dejaste. A un pájaro no se le pueden cortar las alas, ni las aletas a un pez. Siempre te consideré como a Juan Salvador Gaviota; libre.
“Tenemos que rechazar todo lo que nos limite” “El secreto es dejar de verse a sí mismo como a un prisionero de un cuerpo limitado; rompe las cadenas de tu pensamiento...
Has vivido libre y consciente de lo que hacías. Has sido mi gran amiga, compañera de viajes y confidencias.
No será fácil olvidarte. Volaste alto, con libertad de criterios y posturas propias. Te recordaremos siempre, la calle, la casa, los sitios, y sus gentes no te olvidan.
Besos al cielo.