Este homosexual alemán fue internado como tantos otros miles en los campos de concentración nazi.

Rudolf Braza, el último de los ‘triángulos rosas’

  • La Voz
Rudolf Brazda, el último superviviente de los ‘Triángulos rosas’, los homosexuales internados en campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, murió el miércoles a los 98 años en Bantzenheim (este de Francia), informaron el jueves fuentes locales. “Rudolf entró en un sueño profundo al alba del 3 de agosto, residía desde el mes de junio en un centro hospitalario para personas mayores dependientes en Bantzenheim”, en la región de Alsacia, comunicó su entorno. El funeral de Bradza, nacido el 26 de junio de 1913 en Sajonia (este de Alemania) en el seno de una familia checa de habla alemana, tendrá lugar hoy lunes en Mulhouse, al sur de Bantzenheim, confirmaron fuentes de los servicios funerarios. “De acuerdo con su testamento, su cuerpo será incinerado y sus cenizas serán depositadas al lado de las de su compañero de vida durante más de 50 años, Edouard Mayer, fallecido en Mulhouse en 2003”, precisaron sus amigos. Rudolf Brazda fue uno de los 10.000 deportados por Hitler por su orientación sexual, ya que los nazis consideraban a los homosexuales un peligro para la continuidad de la raza. Fue deportado al campo de Buchenwald (centro de Alemania) en agosto de 1942, donde tuvo que llevar un triángulo rosa, símbolo con el que se estigmatizó a los homosexuales. Brazda se dio cuenta de su homosexualidad como “una disposición natural” que aceptó como tal, “consciente de haber tenido la suerte de tener a su lado un compañero”, según relató él mismo. En 1937 fue condenado a seis meses de cárcel por participar en “una orgía entre hombres”, y más tarde expulsado a Checoslovaquia. Allí, tras la anexión de los Sudetes por parte de Hitler, fue de nuevo juzgado y condenado a 14 meses de prisión por los mismos hechos, Tras cumplir esa pena, Brazda fue deportado a Buchenwald por ser considerado un reincidente. Sobrevivió a 32 meses de infierno gracias a su amistad con un capo comunista y “un poco más de suerte que los otros”. El drama de los ‘Triángulos rosas’ permaneció un tema desconocido hasta que en 1980 se empezaron a publicar libros, rodar películas, crear obras de teatro que hablaban de esta cuestión. Historia a la luz Brazda salió del anonimato cuando Alemania inauguró en 2008 un monumento para homenajear a los ‘Triángulos rosas’ y proclamó que sólo quedaba vivo un único testimonio del horror. Un mes más tarde, fue el invitado de honor de la ‘GayPride’ berlinesa. Vistiendo una camisa rosa, depositó una flor ante el nuevo memorial en presencia del alcalde de la capital alemana, Klaus Wowereit, también homosexual. Brazda participó en varios actos en escuelas de Alsacia, en la colocación de placas conmemorativas a los ‘Triángulos rosas’ en Mulhouse y en el campo de concentración de Struthof (en el Bajo Rin alsaciano), adonde fueron deportados 215 homosexuales. Junto a Jean-Luc Schwab escribió su biografía, ‘Itinerario de un triángulo rosa’, donde rememoró su paso por un campo de concentración, el trabajo forzado, la omnipresencia de la muerte, los golpes, las vejaciones. En abril de 2010 recibió la Legión de Honor francesa, alta distinción del Estado francés.