Varias generaciones de televidentes echaremos de menos al periodista Antonio Gasset (Madrid, 1945), crítico cinematográfico, fallecido en la tarde de ayer.
Gasset fuente durante varias décadas una de las figuras más reconocidas de TVE. Destacó por su papel como divulgador cinematográfico, siendo así director y presentador del programa Días de Cine de La 2 de TVE. Bajo su dirección, el programa fue galardonado en 2002 con el premio de la Academia de la Televisión al mejor programa divulgativo, además de una mención especial de los Premios Ondas 1997.
Presentador fetiche Fue el rostro visible del programa hasta finales de 2007 cuando se despidió de la audiencia desde el Festival de Berlín. En 2011, la Academia de Cine le otorgó el premio Alfonso Sánchez por su trabajo como periodista cinematográfico, destacando que “sus vitriólicos e ingeniosos comentarios le convirtieron en un presentador fetiche para numerosos espectadores noctámbulos”, informó Sara Pulido de la Academia de Televisión que preside María Casado, vinculado actualmente a la productora de Antonio Banderas.
Llegó a dirigir varios cortos y su pasión por el cine lo llevó a participar en varias películas en los años 70 y 80, como Un, dos, tres... al escondite inglés y Arrebato, ambas de Iván Zulueta. Con Pilar Miró, la primera mujer que rompió el techo de cristal en la televisión española al ser nombrada Directora General de RTVE, Gasset colaboró en el film Gary Cooper que estás en los cielos. También trabajó para Informe Semanal del que fue director el almeriense Rafael Martínez Durbán: “Nos hemos recorrido medio mundo.
Fue el primer realizador de reportajes que tuve cuando fui director de Informe Semanal. Hasta que se fue a Alemania, donde tenía a su hija, fruto de un matrimonio con una berlinesa, íbamos a comer en Madrid los últimos martes de mes. Venían también Pedro Erquicia y Jesús Ortiz. Éramos como hermanos. Sabía de cine más que nadie y era la persona con un sentido del humor inigualable. Tuvo de pequeño la polio y cojeaba; decía que era su mayor atractivo para ligar. Le preguntaban las chicas, ¿qué te pasa en el pie? Y respondía...que soy cojo... Era tierno y entre mis amigos, aseguraría, que el mejor y más leal. Viví con él las aventuras más surrealistas, en su mayoría incontables, en número y contenido. Llegué a vivir en su casa cuando solo tenía un colchón, que compartíamos.
Como profesional, jamás aceptó presiones. Lo tenían como imposible. Y lo aprovechó muy bien. Sus desamores, que fueron muchos y muy conocidos, los vivíamos y llorábamos juntos, algunas veces nos íbamos a París para pasar el trajo y reírnos”.