Siempre tuvimos la esperanza de que lo lograrías. Aunque flaqueabas y a veces hasta te rendías, no te han faltado manos para mantenerte de pie y darte fuerzas, esas que el cáncer arrebata. Creímos que lo lograrías, Juan Antonio, por eso hoy la bofetada ha sido más sorda y dolorosa al conocer que no ha sido así.
Con discreción, pero a tu lado, nos hemos mantenido tus vecinos, como lo han hecho tus compañeros de La Voz, tus hermanos de Prendimiento y tantas otros que siempre vieron en ti a una gran persona.
Por ello, un aplauso cerrado, en forma de abrazo fraterno, sonó en el claustro de la catedral de Almería, en la entrega de premios del Casco Histórico cuando los vecinos de tu barrio quisimos, juntos, gritar al aire para que nos escucharas desde tu casa que te echábamos de menos y que te queríamos muy pronto de nuevo con nosotros.
Todos te sentimos allí, con nosotros, pero faltabas. No hay más que ver las fotos. Hicimos lo que pudimos, pero ninguno éramos tú para saber captar el momento y poner orden como solo tú sabías hacerlo.
Cuando te veíamos llegar, respirábamos tranquilos. Aquí está Barrios, y allí estabas tú, dispuesto a contar lo sucedido para que nadie se perdiera un detalle, esos que solo tú conocías, guardabas y valorabas.
Cuantos actos, procesiones, festividades de San Antón y semanas culturales en los que compartir a modo de colofón las mejores jugadas entre risas, con unas despedidas que empezaban horas antes de hacerse efectivas porque ninguno queríamos irnos.
Ahora te espera tú Merced que ya estará cogiendo tu mano para que no sientas ningún miedo. Cuantos momentos de risas le esperan contigo.