El Athletic y especialmente sus seguidores de mayor edad de toda España lloran el fallecimiento el viernes de Mauricio Ugartemendia “Mauri” (Gernika, 1934). En toda Almería los bilbaínos fueron un equipo muy seguido y admirado por sus éxitos ante los grandes. El punto de encuentro en la capital fue durante varias décadas el bar Bahía de Palma de Diego García Cazorla que fundó una peña. El añorado Diego fue un gran amigo y confidente de todo lo que sucedía. Durantemis inicios profesionales, la sede de Radiocadena y la corresponsalía de RNE de la que ejercí, nos daba conocimientos de flamenco, boxeo y de la cultura de Pescadería-La Chanca y sobre todo del club bilbaíno que inauguró en agosto de 1976 el Franco Navarro, hoy Estadio Juan Rojas, en honor a uno de los futbolistas más grandes de la historia de Almería. Rojas y emblemático extremo Rojo ejercieron de capitanes. Al Athletic de Bilbao lo tenía en casa porque mi cuñado Mario coleccionaba cromos y lo sigue a todas horas. En todos los pueblos hay huellas bilbaínas. En Los Gallardos estaban las figuras de los hijos de Sebastián y Antonia “la carnicera”, Diego y Sebastián Ramírez, entre otros, que siempre narraban la actualidad futbolística. A Antonio Guillén, lo llamé a su casa de Bilbao, cuando acudí a la Catedral con el Almería, post Émery, dirigido por Arconada, en el que Corona y Negredo ridiculizaron a los bilbaínos que al final reconocieron la superioridad almeriense.
El compañero en el Athletic de Mauri fue José María Maguregui, añorado entrenador de la Agrupación Deportiva Almería, que llevó en 1979 a los almerienses a Primera. Mauri-Maguregui fue una de las medias más famosas. Los niños memorizaban las alineaciones en las que se jugaba un sistema de dos medios centros. Los periodistas de la época recordaron que Maguregui era más técnico, actuaba algo más retrasado que Mauri. Jugaron juntos 168 partidos, de los que ganaron 92 y empataron 30. ElDesmarque entrevistó a Mauri, según la crónica de Asís Martín quien le preguntó: “¿Cómo era la compenetración y la sintonía que tenías sobre el césped con ‘Magu’?” “Maguregui era un futbolista de la parte de atrás y yo era más atacante. Hemos sido una pareja muy compenetrada, siempre jugamos juntos, jugábamos con mucha ilusión. Él era más técnico y yo más físico. Nosotros, a los 22 años éramos maravillosos…
Hemos sido buenos amigos y toda la vida hemos ido juntos a comer para mantener la relación viva”. “Los miércoles y jueves jugábamos partidos fuertes, también teníamos entrenamientos técnicos y de resistencia física. Eran unos entrenamientos fantásticos. Después, cada uno se iba a su casa, por eso nos llamaban los once aldeanos, porque casi todos éramos de fuera de Bilbao capital. Algunas veces solíamos ir a comer todos juntos, incluido el entrenador”. Mauri y Maguregui ya han reencontrado en otro mundo.