Marcado en mi corazón, quedó el 17 de Mayo, fecha que no olvidaré, porque perdí a mi hermano.
Con este homenaje a ti, mi corazón acompaño, quiero agradecerte Diego, por todo lo que me has dado. Confieso que me haces falta… años que no volverán, pena que me agarra el alma, sin ti camino perdida, confieso que me haces falta. Tú ausencia adolecerá.
Dejaste tanto en la tierra, te llevaste tanto al cielo, que soñar es imposible, si tú no estás en mis sueños. Te fuiste y el tiempo no vuelve, te extraño y te recuerdo. Te escucho en el ruido y te escucho en el silencio. Se entretejen cicatrices que destejen el dolor, espectador del destino, que recorre visionario, que ya no cuenta los días, que ya no cuenta los años, ya no disfruto la vida, como lo hacía antaño.
Ya no es lo mismo que antes, porque no estás a mi lado, porque me falta la fuerza, porque me falta mi Hermano. Y tus recuerdos pasean, recorren el diccionario, desde la A a la Z, completando el anuario, columpios en mis pupilas, en paisaje literario.
Gritando en mis adentros y marcando mi compás. Tu andanza dejó huellas que marcó tu caminar. La honestidad, tu legado… la honradez, tu virtud, mi agradecimiento hermano, por ser como fuiste tú.
Añoranza en mi niñez, de sentirme protegida, pues cuando yo me rendía, tú me animabas a seguir. Tu magia me hizo pensar, que siempre estarías aquí. Y no sabes cuánto duele, no poder volverte a ver. Yo lo llevo en mi equipaje, pues el día que marchaste, jamás lo olvidaré.