Ramón Guevara Oña
- La Voz
Cada pueblo o ciudad tiene algunas personas que llegan a ser toda una institución por alguno u otro motivo. Su trabajo, algunas acciones realizadas o cierta popularidad alcanzada en ese pueblo o ciudad. Eso es lo que le ocurría a Ramón Guevara Oña, que nos dejó el martes, 23 de agosto de este año, en Garrucha. Hombre afable, tremendamente trabajador a lo largo de toda su vida, se dedicó a uno de los trabajos más relacionados con esa localidad del Levante almeriense, como es la venta de pescado. Muchos kilómetros y varios pueblos han sido los que recorría con ese bien preciado de la mar para poder dar sustento a la gran prole de hijos que tenía, y en los que quiso inculcar ese espíritu empresarial para poder salir adelante. Severo, formal e incansable, ya que sabía que era la manera en que había que afrontar la vida suya y la de sus hijos. Aparte de ese trabajo recorriendo la comarca, dos comercios suyos, uno de venta de pescado y otro de ultramarinos, eran la referencia de la zona, esos comercios que están cercanos al vecino y que todo lo tienen a mano, siempre con un trato exquisito, huyendo de las grandes superficies comerciales. La tienda de ultramarinos donde su esposa, hoy bastante imposibilitada, se ha dejado prácticamente la vida, también por sacar adelante a sus hijos, a los que inculcó el afán por el trabajo y la seriedad. Ramón estuvo bastantes años como Juez de Paz de Garrucha, ¡qué bien le vino ese cargo! por su talante siempre amable y dialogante. Uno de los aspectos que no quiero pasar por encima ha sido la importancia que tuvo en la formación de la actual Asociación Musical Ex Mari Orta, ya que él fue quién puso en contacto a las dos personas que dirigen tal asociación con el que fuera alcalde entonces, Adolfo Pérez, ya que Ramón conocía a esas dos personas: Diego Fernández y Antonio Torres, en tantos viajes que daba a Bédar con pescado. La banda de música quiso, precisamente el día de la patrona, la Virgen del Carmen, parar en su domicilio y dedicarle alguna de sus piezas cuando su salud ya estaba bastante maltrecha. Que estas letras sirvan como un pequeño homenaje también de la Asociación Musical Ex Mari Orta al amigo Ramón Guevara. Tus paseos pausados, con una sonrisa en la cara y una palabra amable siempre en tu boca y con tu sombrero característico, siempre los recordaremos, así como esa presencia en cualquier acto importante realizado en la localidad y donde siempre te presentabas bien trajeado, hecho un auténtico galán. ¡Qué descanses en paz!
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