Leer la prensa es una práctica habitual para mí, uno espera saber cómo se desarrollan una serie de acontecimientos a los que le sigue la pista. Lo que nunca esperas leer es que un amigo ha fallecido. Así fue cómo me enteré del triste adiós de don Hermelindo Castro Nogueira, Melo, como me pidió que le llamase una vez nuestra amistad se había forjado en una confianza plena entre científico y periodista.
Conocí a Melo en unas jornadas sobre sostenibilidad cuando yo iniciaba mi tesis sobre comunicación y cambio climático. Entre ponencias, fuimos hablando hasta que me preguntó a qué me dedicaba y me explicó que era el único periodista asistente. Acto seguido, me pidió mi número y me dijo aquello de “te llamaré”. Sinceramente, en ese momento dudé, y mucho, de que el que era el director del Centro Andaluz de Evaluación y Seguimiento del Cambio Global (CAESCG) por aquel entonces, descolgara su teléfono para contactar conmigo, me equivoqué. No tardó mucho en llegar esa primera llamada y fue cuando, entonces, comenzó a forjarse una relación profesional que luego derivó en una sana amistad basada en el respeto y en la admiración.
Cafés, comidas, visitas al CAESCG, a Cabo de Gata, Sierra de Gádor, Doñana, Málaga, congresos, seminarios, entrevistas, reportajes… Melo siempre estaba ahí para cualquier cosa. Veía en él mucha coherencia entre lo que decía y hacía. Realmente tenía un firme compromiso con el medio ambiente y andaba muy preocupado por el cambio global. Fue de las personas más apasionadas y preparadas que me he encontrado en materia de medio ambiente, ciertamente, se convirtió en un referente, alguien capaz de motivar a cualquiera.
Clase magistral
En 2020, previo al confinamiento, cenamos y, lo que empezó como una charla agradable entre amigos, derivó en una clase magistral sobre el uso del suelo en la provincia y una reflexión sobre el agua y la sostenibilidad, puesto que, como explica, el litoral almeriense ha sufrido uno de los procesos más radicales en Europa. Recuerdo le pedí permiso para tomar nota, accedió y esta cena se convirtió en un artículo que publicó en La Voz de Almería en marzo del 2020 con motivo del Especial del Día Mundial del Agua. Hablamos mucho durante esos días y me llegó a decir aquello de “Izan, eres mi periodista de confianza”, amigo y fuente que siempre me mantuvieron al día de la actualidad más inmediata. También hablamos de que al fin del confinamiento iríamos al Cabo, un paraíso en la provincia que le preocupaba por la huella que los humanos podamos dejar allí, pero lo cierto es que quien ha dejado huella en el Parque has sido tú, Melo. Porque debemos agradecerte cada paso que damos por Genoveses o el Arrecife de las Sirenas, por todo lo que hiciste, por las huellas de gratitud que te debemos. Descansa en paz, amigo.