Acabo de recibir una de las peores noticias que me podían dar. Se ha ido José Antonio Jiménez Pardo. Médico de toda la vida. Mi médico.
Cuando le dieron el Escudo de Oro de la ciudad de Almería, ¡cuanto me alegré! Se lo merecía, por la gran labor sanitaria que hizo a lo largo de toda su carrera. Porque si hubo una persona a la que llamar médico, con todo lo que ello significa, esa fue él.
Fue el médico, pero también el amigo que te trataba con cariño: salías de la consulta ya curada. Así deberían ser todos los médicos. Y así era él.
Nunca olvidaré a D. José Antonio, y siempre le llevaré en mi corazón. Me consuela saber que ya está en un lugar maravilloso y que será siempre feliz. Lanzo un beso al aire, seguro que le llega.
Hasta que nos encontremos, tu paciente de siempre.