Eusebio Hernández Pérez de 78 años se despedirá este lunes con un funeral en Portocarrero. Vinculado al servicio ferroviario de Correos, carteros que usaban el ferrocarril para la distribución de la correspondencia. Siguió el camino de su padre y de hecho nació en Alzira (Valencia), pero Eusebio Hernández siempre vinculado a la capital almeriense donde han nacido sus cuatro hijos y nietos.
Soñaba con viajar en la línea de alta velocidad a Madrid con la apertura del AVE Almería-Murcia. La noticia de su desaparición provocó una inmensa pena porque era una persona atenta, sabia y con un inteligente sentido del humor.
Nos lo encontrábamos algunos sábados en cafetería Patri de Carrera del Perú y en la cafetería Makumba, calle Blasco Ibáñez de Almería, que regenta la impagable Rosalía, punto de encuentro de una gavilla de amigos “futboleros” para los partidos de la UD Almería y del Real Madrid, además del desayuno con la prensa local y el deportivo As.
Hace apenas tres semanas nos sentamos en una de las mesas de Makumba donde se puede leer un libro por su biblioteca, junto a Gregorio el goleador histórico de la AD Almería que llevó al equipo por vez primera en su historia a Primera. Nos transmitió la muerte del fallecimiento otro vecino generoso y atento como José Cánovas, antiguo sindicalista de UGT en la extinta compañía Sevillana de Electricidad y posteriormente Endesa. Allí estaban a primera hora de la tarde del domingo los aludidos Gregorio, Cánovas, Luis “el de la farmacia”, Sebas, Francis y Manuel, entre otros muy amigos de Eusebio.
Su otra gran pasión como buen hijo de Correos era la filatelia. A Eusebio Hernández lo tendremos siempre en el recuerdo por su conversación serena, la retranca, su madridismo, las conversaciones en torno a la vida y la mesura que te daba un hombre que parecía tu padre con el adjetivo preciso.
Vivió los tiempos en el que distribuía la correspondencia con destino a toda la provincia procedente de Madrid. De ahí que hasta los años 80, los periódicos de Madrid y Barcelona llegaran con un día de retraso a Madrid. Me recordaba los nombres de otros grandes como Ramón Rubio de Bédar, Anita Carmona de Albos, el periodista Paco Torregrosa, vinculado a Correos desde toda la vida como el padre de Félix López Caparros, exalcalde de Vera, o el de Andrés Torres Alonso, cartero de Los Gallardos durante casi 40 años.
Eusebio Hernández pasó media vida en el tren postal
Su otra gran pasión como buen hijo de Correos era la filatelia