Muere a los 97 años de edad en Madrid el teniente general Andrés Cassinello Pérez, precursor de los servicios de espionaje e inteligencia de nuestro país y que formó parte del servicio secreto del SECED creado por el presidente del gobierno Carrero Blanco y hasta el inicio del CNI. Andrés Casinello nació el 18 de abril de 1927 en Almería donde su abuelo paterno había sido alcalde y su padre, José Cassinello Barroeta, militar, prematuramente retirado tras participar en la Guerra del Rif en Marruecos.
Andrés Cassinello ingresó en la Academia General Militar en 1945, obteniendo el despacho de teniente del Arma de Infantería en 1949. Ascendió a capitán en 1958. Junto al diploma de Estado Mayor, que obtuvo en el año 1958, cursó las especialidades de Cooperación Aeroterrestre y de Acción Psicológica e Información Contrasubversiva, ampliadas durante el año 1966 en el “Centro de Guerra Especial JFK” de Fort Bragg (Carolina del Norte, USA) sede de la CIA con formación específica en contrainsurgencia y guerra especial.
Servicios secretos
Todavía con el empleo de capitán, en 1968 obtuvo destino en la OCN (Organización Contrasubversiva Nacional), germen de los servicios secretos que en marzo de 1972 se convertiría en el SECED. Bajo aquella cobertura inicial, Cassinello ideó un plan para lavar la cara del régimen franquista con motivo de las penas de muerte impuestas en el denominado “Proceso de Burgos”. Convenció a la madre de uno de los condenados, Izco de la Iglesia, para que escribiera una carta al Caudillo como viuda de excombatiente requeté, solicitando la gracia para su hijo y los otros cinco condenados a pena de muerte. En el mes de marzo de 1970 Andrés Cassinello ascendió a comandante, continuando vinculado a la OCN y después al SECED prácticamente durante todo ese empleo, salvo un breve periodo de tiempo cuando cesó por diferencias personales con el teniente coronel San Martín reincorporándose al Servicio tras el asesinato del almirante Carrero Blanco. En julio de 1977 Andrés Cassinello sustituyó a Juan Valverde y ese mismo año ascendió a teniente coronel, quedando inicialmente vinculado al CESID que, como nuevo organismo titular de los servicios de inteligencia, incorporó todo el aparato del SECED. Como hombre de confianza del presidente Adolfo Suárez y del Rey Juan Carlos, Andrés Cassinello participó en operaciones de la máxima trascendencia durante la transición política. Viajó a Francia para pactar con Josep Tarradellas su regreso a Cataluña. Durante un largo periodo de seis años (1978-1984), Cassinello ocupó la jefatura del Servicio de Información de la Guardia Civil. A partir de 1981 simultaneó dicho cargo con la subdirección del Mando Unificado para la Lucha Contraterrorista (MULC) que dirigía el comisario Manuel Ballesteros, ascendiendo a coronel en 1982. En el marco de esa reorganización fue cuando tomó cuerpo la organización clandestina de los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación), que impondría el “terrorismo de Estado” en la lucha contra ETA. El 3 de julio de 1984 fue promovido a general de Brigada, siendo nombrado de inmediato, el 20 de julio, jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, puesto en el que cesó el 17 de octubre de 1986 hasta que en abril de 1988 fue promovido a teniente general, siendo designado entonces capitán general de la V Región Militar Pirenaica Occidental, con no pocas críticas de la clase política, destino en el que cesó el 18 de abril de 1991 al pasar a la reserva.
Escritor
En mayo de 1996 el juez Baltasar Garzón le imputó, junto al teniente general Sáenz de Santamaría y al general de la Guardia Civil, Enrique Rodríguez Galindo, en el sumario del “caso Oñaederra”. En su faceta de escritor es autor del libro titulado “Operaciones de guerrillas y contraguerrillas” (1966), la biografía “Juan Martín el Empecinado, o el amor a la libertad” (1995) y el ensayo “Subversión y reversión en la España actual” (1975), firmado con el seudónimo de Carlos I. Yuste. Ya con ochenta años, el general Cassinello no tuvo impedimento moral alguno para lanzarse a presidir la “Asociación para la Defensa de la Transición”. Una entidad constituida por algunos nostálgicos afines al ex presidente Adolfo Suárez para reivindicar y difundir su labor y los valores de tolerancia y consenso que promovió.
Poco más tarde, a finales de 2008, Cassinello tampoco dudó en presentarse en La Moncloa para pedir el cese de Alberto Saiz al frente del CNI, o evitar al menos su re-designación para continuar en el cargo otros cinco años. Entre las múltiples condecoraciones que le han sido otorgadas, destacan cinco cruces del Mérito Militar y la del Mérito Naval, la Gran Cruz del Mérito Civil, la Cruz de Plata de la Orden del Mérito de la Guardia Civil, la Cruz del Mérito Policial, la Orden de Cisneros, la Encomienda de Alfonso X el Sabio.