Hace ya dos años que no estás y te echo mucho de menos, aunque todos los días siento tu presencia a mi lado apoyándome en mi vida y no dejándome caer nunca. Hoy quiero que todo el mundo sepa lo orgulloso que estoy de ti. Quiero hablar de Ángel Herrerías Company por ser la persona mas importante de mi vida. Quién de los antiguos del lugar no recuerda ir al ‘Franco Navarro’ y ver al lado del marcador Tapizados Herrerías? Ese era mi padre. Junto con mi tío, fueron quienes crearon la empresa y lucharon día a día por lo que más querían. Siempre te recordaré como lo que eras, una persona con un carácter luchador, amigo de tus amigos y amante de tu familia. Recuerdo que me contaba que cuando era joven iba a Granada a ver a su Madrid en vespa por esas carreteras. Siempre fue muy atrevido. Recuerdo sobre todo su afición al caballo y cómo llegó a conocer el mundo del caballo. Era un autentico crack. Pero donde el más se sintió identificado, relajado, a gusto y disfrutando fue en su cortijo de Los Escullos, en el molino. Loco por que llegara el fin de semana para coger a mi madre y pasar allí esos días. Su playa del embarcadero, donde pasaba las mañanas, y en el cortijo, con las tardes de grandes siestas. Recuerdo que de chico me llevaba a coger higos por el campo. Yo llegaba con la bolsa casi vacía. Mientras él los cogía, yo me los comía. Qué enfados se cogía conmigo. Ahora soy el mayor y recuerdo todos esos momentos tan maravillosos que pasé y cómo disfruté de ti, papá. Padre, quiero despedirme diciéndote ‘Te quiero, loco’. Espero que seas feliz allá donde estés.