El día 18 del mes de Febrero de 1980, recibí una llamada de Enrique de la Mata Gorostizaga, Presidente de la Cruz Roja Española y del Comité Internacional de la misma, pidiéndome fuese a verlo a Madrid cuanto antes. El 20 llegué a su Despacho, me recibió enseguida, y me dijo “María te necesito en la Asamblea de Almería como Presidenta”, le contesté que no podía aceptarlo por una razón muy clara. Me contestó, no te preocupes de eso, porque lo arreglaré yo. Lo arregló y me envió mi nombramiento con fecha del día 21.
En la conversación que mantuve con él, me dijo que reunido con el Director General de Trafico, habían señalado los puntos negros de las carreteras de cada Provincia, en Almeria, Vera, Sorbas, Adra, Mojacar, El Ejido, Tíjola Macael Abla, Tabernas. Posteriormente el Ministerio de Defensa accedió a que hicieran “la mili” en los puestos de Socorro hijos del pueblo en que iban a estar enclavados.
El reto de una nueva etapa
Me dijo que tenía que nombrar una Presidenta Local, que formara su junta, a sabiendas de lo que se esperaba de ella. Que tenía que ser una persona conocida en el Pueblo, respetada, con cierta influencia ganada por sus obras, que se distinguiera por su entrega a los demás, y con ganas de trabajar por Cruz Roja y para la Cruz Roja. Me podían servir para esa información los Alcaldes, del partido que fueran, “La Cruz Roja es Neutral, Internacional, formada por voluntarios, Imparcial etc..No lo olvides María”, me dijo. Llegué a casa y al primer Alcalde que llamé fue a Cesar Martín Cuadrado, Alcalde de Vera, charlamos y quedó en contestarme en una semana. No hicieron falta tantos días, a los dos días me dio el nombre de PAQUITA SIMON PEREZ, la conocí y charlamos de lo que queríamos de ella. Desde ese primer momento hubo una corriente de confianza grande entre las dos.
Nombró su Junta, yo asistí a la constitución de la misma, y comenzaron a trabajar. Encontró un matrimonio que donó el terreno, con socios, cenas y donativos, pagó la construcción del mismo y al Banco de Murcia le pidió la Ambulancia que se la regalaron…Y así comenzó a trabajar Paquita en la primera Asamblea Local de Cruz en Almería. La Junta nombrada supo responderle, pero es que Paquita fue el tornillo del abanico de esa Junta, supo entregarse con un cariño inmenso a Cruz Roja. Lista porque lo era, se aprendió todos los Reglamentos que tenía que manejar y trabajó con ese espíritu de disciplina y orden propio de una hija del gran Cuerpo de la Guardia Civil al que pertenecía su padre. Mayor de tres hermanas, las tres han respondido en sus trabajos de voluntariado, siendo estimadas por cuanto las han tratado en Instituciones o Asociaciones de nuestra Provincia, Luisa Petra Concejal de Vera y Presidenta de la AEC el Cancer, e Isabel María Presidenta de Manos Unidas en nuestra Ciudad.
Paquita y su Junta fueron la Junta Local primera en todo, a la que sirvió con interés y cariño. Le respondió su junta, su Pueblo y sirvió de ejemplo para las siguientes asambleas locales que se constituyeron…
Descanse en Paz, esa Paz merecida y que Dios otorga a las almas de Bien, eso y mucho más fue Paquita.