Francisco Morera
- La Voz
Francisco Morera García nació en 1945 en La Isleta, un barrio de Puerto Canteras en Las Palmas de Gran Canaria. Su otrosí, Paco España, lo hizo en el Barcelona de Noche, el desaparecido cabaret de la calle de las Tàpies, en el Raval de Barcelona. Pero ambos murieron la pasada semana en Gran Canaria tras una vida arriesgada y complicada, repleta de anécdotas y altibajos, donde se mezcló el éxito con el olvido, el aplauso y la paliza, la ovación con los silencios administrativos en todo lo que se refería a su arte. Y llevando en el alma la aún reciente desaparición de su madre, Nievitas, a los 102 años.
España fue muy popular durante la época del franquismo y la transición. Actuó en varias salas de Madrid y en la sala Flamingo de la capital grancanaria. Llegó a tener su propia compañía, con la que viajó por distintas zonas de España. Fue una figura clave en los ambientes nocturnos de la época.
Llegó a cobrar hasta medio millón de pesetas de la España de los años 70 por ver cómo se transformaba en celebridades como Lola Flores o Paloma San Basilio y pasó los últimos años de su vida en la indigencia, acosado por el alcohol y las drogas, que precipitaron su final. Francisco Morera García, más conocido como «Paco España», falleció en Gran Canaria a causa de un cáncer a los 67 años de edad.
Paco España sin duda destiló un arte nuevo, porque fue capaz de poner en solfa la manera de transformarse, de ser otra persona, de convertirse en escena en una mujer. Sin quitarse los pantalones en tiempos de Franco y recuperando la falda luego, pero siempre con la cara maquillada, máscara maleable al estilo de los griegos, versión lúdica de una identidad oculta, como los actores ingleses que interpretaban papeles de mujer sin que mediara entre persona y personaje intercambio sexual.
Paco España deja mujer, dos hijos y dos nietos. Y murió muy escaso de recursos a pesar de haber disfrutado de ellos durante algunos momentos de su vida, sobre todo durante el tiempo en el que se había convertido prácticamente en la otra Lola Flores oficial (hasta el punto de que ella le llegó a regalar incluso una bata de cola). Por entonces Paco España podía cobrar hasta medio millón de pesetas por gala. Melancólico y deprimido por los descuidos económicos a los que está sometido un artista que confía en su manager (y además amante), y que al fallecer le deja sin dinero y sin casa, Paco España regresó a Canarias, allí donde había comenzado tantos años antes su singladura.Y sin olvidar el pasado, y soportando el presente con un par de copas cuando era necesario porque aparecía la depresión, revisa recuerdos del Gay Club de Madrid, de la película Un hombre llamado Flor de Otoño de Pedro Olea, en la que participó junto a José Sacristán. Por eso, aunque no podía pagar el piso de la calle Sant Pere, aún subía al escenario del Yumbo donde se le olvidaban todas las penas.
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